Érase una vez… un bosque de cuento.
Piensa en una historia, cualquiera, con una princesa como protagonista. O con una niña de caperuza roja. O con un valiente caballero que monta a caballo. Si algo tienen en común todos ellos, además de vivir en nuestra imaginación, es que en algún momento de la historia pasarán por uno de esos frondosos bosques, repletos de árboles y tinieblas, donde puede acecharte un lobo o esperarte un elfo para mostrarte el camino de vuelta a casa.
Pero los cuentos son cosa de niños, ¿o tal vez no? Tal vez existe un modo de ser protagonistas de una de esas historias de fantasía. Desde luego el escenario lo tenemos. Y es que en este país nuestro, sobran los rincones en los que la magia se ve y se siente, se toca y se huele. Tantos, que resulta muy complicado escoger solo algunos.
Selva de Irati
Este bosque se encuentra en el norte de Navarra. Es la mayor masa forestal de la zona, y la que mayor número de leyendas ha suscitado, como la del conocido “Basajaun”, debido al espesor de la vegetación y los cambios de tonalidades que se producen en los árboles dependiendo de la época del año. Incluso ha servido como inspiración para escritores que cimientan en ese terreno las bases para sus historias.
Bosque de Oma
Si hablamos de bosques bonitos, no podemos no mencionar este, que se encuentra en el País Vasco y que tiene además, una curiosa y colorida vista. Para que te hagas una idea, se le conoce como El Bosque Pintado.
Lo que vas a encontrar es color en los troncos de los árboles, por obra de Agustín Ibarrola, un artista que entre 1982 y 1985 cubrió de color los árboles de figuras humanas y animales en todos los troncos, como una especie de bosque de arte rupestre.
Hayedo de Otzarreta
Manos que brotan de la tierra, como deseando tocar el cielo. Eso es lo que parecen los árboles de este lugar, que crecen de una forma inusual debido al efecto del hombre en ellos. El bosque se localiza en el Parque Natural del Gorbeia, en Bizkaia. Un lugar que si bien han proporcionado leña a los lugareños, también puede ser el inicio de un buen cuento.
Bosque de Muniellos
Nos desplazamos hasta Asturias para conocer el mayor robledal que hay en toda la Península Ibérica, y uno de los que mayor extensión tiene de nuestro continente.
El Bosque de Muniellos es Reserva de la Biosfera en el año 2000 por la importancia a nivel natural que tiene esta zona que, por cierto, también puedes visitar, aunque para acceder al mismo, hay que pedir una autorización ya que no se permiten más de 20 visitantes al día.
Hayedo de Santa Fe
Declarado como Reserva de la Biosfera y situado en uno de los puntos más altos del Montseny, se encuentra este increíble bosque repleto de rutas angostas y suelos cubiertos de las raíces de los árboles que pugnan por escapar corriendo. Acompañar a los árboles en su particular periplo es uno de sus mayores atractivos, especialmente durante el otoño, cuando el suelo se baña de sus hojas tostadas y perdidas por el esfuerzo.
Acebal de Garagüeta
En tierras castellanas, concretamente en Soria, se encuentra este bosque que parece sacado directamente del Polo Norte. Se puede visitar durante el todo el año, pero sorprende especialmente en época invernal por su decoración con acebos, que posiblemente escondan la entrada a la fábrica de juguetes de Papá Noel.
Frageda d’en Jordà
Llegamos hasta la provincia de Girona para dejarte conocer uno de los hayedos más importantes del país, y sin duda, el más espectacular de Cataluña.
Enclavado en mitad de la comarca de La Garrotxa, las vistas de la vegetación que contiene dejan disfrutar de un ambiente mágico, y de diferentes gamas cromáticas que le hacen ser, sin duda, una de las mejores visitas en la provincia de Girona.
Parque Natural de los Enebrales
Bosques mixtos de sabinas y enebros, en Punta Umbría, Huelva. Caminos profundos desde los que se escucha el canto de las olas del mar y que llevan hasta la costa. Una mezcla de texturas, sonidos y colores que no deja indiferente, donde los visitantes no querrán resolver el rompecabezas.
Hayedo de Saja-Besaya
Bosque caducifolio en el que se unen hayas y robles, donde el colorido de las copas de los árboles se deja ver también en los reflejos del suelo. El mayor Parque Natural de Cantabria, donde los diversos colores crean la magia y donde la imaginación se desborda con cada nuevo paso.
Hayedo de la Tejera Negra
Silencio. El silencio tan incómodo a veces se hace protagonista en este espectacular bosque. Es un lugar especialmente tranquilo, ya que está muy controlado para las visitas que tendrán que reservar la entrada con antelación. La frondosidad de los árboles ayuda a crear ese ambiente de cuento de terror, inigualable por la ausencia de sonido.
La mayoría de estos lugares guardan leyendas de seres, a servicio del bien y del mal, que se dejan ver muy raras veces, solo cuando las personas son especiales. Solo a aquellos valientes que se atrevan a descubrir los secretos que esconden. Bosques que tienen su nombre propio y su personalidad, lugares de cuento y de realidad, donde perderse será la mayor aventura.