La isla de Mallorca es un paraíso para todos los que la visitan. Un espacio en el que disfrutar tanto en verano como en invierno, aunque es en la época estival cuando su población se multiplica.
Pero, ¿qué pasa si viajamos en invierno? Pues que tenemos el tiempo perfecto para recorrer cada uno de sus rincones, aprovechando las suaves temperaturas, y descubriendo esa Mallorca escondida que tanto encanto tiene.
Hoy queremos que viajes y te impregnes de su esencia y sus tradiciones, alejados ya del turismo de sol y playa, y de las aglomeraciones.
Para ello, nada como viajar a sus pueblos de interior, a la sierra que es quizás, la parte menos conocida, donde el contraste de sus paisajes te aporta esa fotografía clave de la que presumir a tu vuelta.
Si quieres conocer los 5 pueblos con más encanto de la Sierra de Tramuntana, tienes que estar muy atento a lo que te traemos ahora.
Banyalbufar
Uno de esos rincones que merece la pena visitar, y por tanto, nuestra primera parada en este viaje por la Sierra de Tramuntana.
Las vistas desde cualquiera de sus rincones son impresionantes, ya que se asoma al mar, dejando al visitante una panorámica que es digna de postal.
Las casas de baja altura que conservan la tradición arquitectónica, se mezclan con el intenso verde de las zonas que le rodean. Si hay un lugar de excepción, ese es la Torre del Verger, de la que en la actualidad quedan ruinas, y que parece precipitarse al mar.
Deià
Nuestro segundo stop lo hacemos en este pueblo que se estructura en terrazas y que deja entrever sus construcciones en piedra tradicionales.
Desde luego, disfrutar de un paseo entre sus tranquilas calles, llenas de recovecos en los que parar y respirar aire puro, es toda una experiencia. Además, desde lejos, la piedra que estructura las viviendas y los edificios de baja planta, se combinan con el otro elemento protagonista: la naturaleza y el color verde.
En este pueblecito además, existen varios museos que tienes que visitar, como es el caso del Museo Arqueológico. Y para los amantes de la música, cada año se celebra uno de los festivales de música clásica más famosos.
Valldemosa
Muy cerca del anterior vas a encontrar el tercer punto en el que nos detenemos ahora. Un pueblo con esencia propia y mucha belleza en el que desconectar.
Un buen plan en esta zona puede ser pasear por las calles, típicamente empedradas y decoradas con plantas en todos los rincones, dándole una espontánea naturalidad a cada construcción.
Uno de los puntos de mayor interés es la Real Cartuja de Valldemosa. Es un monasterio por el que han pasado personalidades como Chopin.
Sóller
En esta penúltima parada, queremos que conozcas una de las zonas de mayor importancia de la comarca de la Sierra de Tramuntana.
Lo que sorprende de este rincón mallorquín es la esencia modernista que hay en algunas de sus construcciones, y que son fruto de la comunicación que existió durante muchos años, con las Francia y la ciudad de Barcelona.
Fue uno de los puertos de mayor importancia de todas las islas. Y para conocerlo bien, nada como disfrutar de una ruta en su tranvía.
Fornalutx
Terminamos nuestra ruta en este pueblo que se encuentra a poca distancia del anterior.
Se suele decir que los mejores perfumes se guardan en frascos pequeños, y eso es exactamente lo que le ocurre a este pueblo. Pequeño pero con mucho, mucho encanto.
Como la mayoría de los pueblos de la zona, sus calles son empedradas, y además tienen mucha pendiente pero subirlas te supondrá un regalo en forma de vistas impresionantes.
Se incluye en muchos casos, en la lista de los pueblos más bonitos de nuestro país.