A tan solo 4 kilómetros de la frontera con Portugal encontramos el municipio de La Codosera, en Badajoz. Este pueblo extremeño de poco más de 200 habitantes es un rincón de esos que hay que visitar al menos una vez en la vida. Desde aquí, te descubrimos la riqueza de esta tierra.
El río Gévora, en el que habitan la trucha y el barbo, baña las aguas de este pueblo fronterizo cuyo origen se remonta a la prehistoria aunque sus primeros restos datan del siglo XII. Su situación ha marcado el pueblo, por ello hasta hace escasos años fue zona de contrabando y sus casas son características: levantadas por familiares y amigos se han tenido que adaptar a los materiales y el terreno de la zona, lo que se conoce como tomamendia.
¿Qué fiestas hay?
Desde el castillo que corona el pueblo hasta la parte más baja, las casas se escalonan en calles empinadas. Por ellas, son numerosas las fiestas que los vecinos del municipio celebran durante todo el año y entre las que destacan:
- Las de San Juan Bautista que es el patrón del pueblo. El sábado antes de la fiesta en el pueblo se celebra una verbena para niños y los más jóvenes se mojan con cubos de agua por todo el pueblo. El ayuntamiento invita a los vecinos a una parrillada.
- Fiestas de la barriada de San Miguel. El último sábado de julio la madrugada en este pueblo se celebra con una gran verbena mientras que por el día los agrícolas y ganaderos de la zona ofrecen sus productos a los visitantes.
- Fiestas del pueblo. El segundo fin de semana de agosto el pueblo se viste de fiesta y celebra todo tipos de juegos para los más pequeños y conciertos para los jóvenes mientras los cabezudos danzan por el pueblo. 4 días de auténtica diversión donde habitantes y forasteros se lo pasan en grande. También se elige a la Reina de las fiestas además de las Damas de Honor.
Naturaleza
A las afueras, concretamente en la Rabaza, una de las aldeas, encontramos las piscinas naturales en las que refrescarse durante un caluroso día de verano. Ideales para pasar el día en familia en un paisaje bañado por la Sierra de San Pedro. Si paseas por allí descubrirás además en puente más pequeño del mundo, el de El Marco. Sobre el río Abrilongo, se sitúa en plena frontera y en sus extremos encontrarás una E y una P, refiriéndose al país en el que estés en ese momento.
La Sierra de San Pedro se confunde con la de Saô Mamede en la zona conocida como La Raya. Abundan en ella las fuentes, más de 119 en sus límites, pozos, molinos harineros y corrientes de agua en torno a ermitas debido a su culto religioso. Los bosques de la Comarca de los Baldíos están compuestos por alcornocales, encinares y otras especies como el roble o el fresno. Sus alturas están coronadas por especies como el Águila real o búhos.
Es una zona perfecta para hacer rutas en bicicleta, a caballo o de senderismo en familia o con los amigos. Una de ellas es La de la Sierra. Es una ruta apta para toda la familia y el recorrido es de 6 kilómetros. En él verás la Sierra Matasiete, la extracción mineral de Barro Blanco y el Valle Seco además de Santuario de Chandavila, nombre de la carretera que encontrarás a lo largo del camino.
Un paraje natural sin igual que marca la frontera de España. Los paisajes allí parecen de película y en el pueblo te lo pasarás en grande.