Cuando el verano se avecina y no nos podemos mover de la ciudad, ya sea por trabajo, por falta de presupuesto o de tiempo, empezamos a temer la subida de las temperaturas y a quejarnos de lo lejos que está la costa.
Es cierto que el mar no llega hasta Madrid, pero lejos de tener que resignarnos a sufrir el bochorno estival, la ciudad nos regala refrescantes embalses, lagos y piscinas naturales que nada tienen que envidiar a las playas del Mediterráneo.
Ponte tu mejor bañador, ¡que empezamos!
El Pantano de San Juan (San Martín de Valdeiglesias)
El río Alberche abastece el Pantano de San Juan para llenar las aguas de la conocida como “la playa madrileña”. Y es que sus más de 10 km de longitud y su cercanía a la ciudad, hacen que sea uno de los lugares más concurridos en verano. ¡Demasiada gente! Pensaréis algunos, pero lo más asombroso de este lugar, es que a pesar de la gran afluencia que recibe conserva pequeñas calas donde alejarse del bullicio.
Las Presillas (Rascafría)
Nos trasladamos hasta el Valle de Lozoya para enseñarte no una, sino 3 piscinas naturales. Bajo la atenta mirada del Pico Peñalara, se encuentra un entorno idílico para pasar un día en familia, con amigos, o incluso en solitario, porque la naturaleza que rodea a la zona invita a recorrerla y querer descubrir cada uno de sus rincones. ¿Lo mejor? El precio, porque la entrada es gratuita.
Riosequillo (Buitrago de Lozoya)
Aunque sabemos que las piscinas de Riosequillo han sido construidas con la mano del hombre, la calidad de sus instalaciones y las espléndidas vistas que podréis observar mientras os bañáis, bien merecen un puesto en nuestra lista. Tráete a la abuela, a tus primos, a los primos de tus primos…que nadie se quede en casa, porque tiene un aforo de 2.000 personas, la más grande de Madrid.
La Isla (Rascafría)
En el cauce del río Lozoya se sitúan pequeñas pozas con vistas al Valle del Paular. Sendas y cascaras rodean la zona, convirtiéndola en un marco perfecto para paseos románticos en pareja. Para los más aventureros, la diversión está asegurada, porque además de nadar en el agua, podrán practicar deportes como el kayak o el piragüismo.
Las Dehesas (Cercedilla)
En pleno Valle de Fuenfría, en Cercedilla, se encuentra una de nuestras piscinas preferidas. Su calificación de “natural” obedece a que cuando se construyeron el agua de los arroyos la traspasaba de una punta a otra, helando la temperatura a su paso. Uno de sus principales atractivos es su ubicación, pues se sitúa junto a una antigua Calzada Romana.
La Charca Verde (Manzanares del Real)
Nos desplazamos hasta Manzanares del Real, en concreto hasta el parque de La Pedriza, para conocer uno de los lugares más poéticos y profundos. Parece mentira que a tan solo 50 km de la capital se encuentre un paisaje tan increíble, pero aquí está, sorprendiendo a los visitantes a cada paso.
Playa Del Alberche (Aldea del Fresno)
En mitad de un frondoso bosque y con arena fina que simula la mar de bien a las playas costeras, la playa del Alberche está escalando puestos en las listas de las más visitadas año tras año. Situada en la localidad de Aldea del Fresno, es un destino perfecto para caminar por senderos naturales y daros un chapuzón al terminar.