Para aquellos a los que les gusta disfrutar de la naturaleza en estado puro, pero no quieren hacer grandes recorridos que les hagan perderse entre montañas, es para los que dedicamos la entrada de hoy.
Y es que, elegir bien un destino que te permita estar suficientemente alejado del caos de los pueblos y ciudades más concurridos, no es tarea fácil, y más, si en esta búsqueda no quieres perder comodidades en tu alojamiento.
Un pueblo para desconectar, no tiene necesariamente que desentonar con el ambiente natural que le rodea. Es más, todo lo contrario.
Por eso, hay pueblos integrados entre la propia naturaleza, que son cada vez más visitados, y que proporcionan a los visitantes, la tranquilidad que necesitan en un marco incomparable.
Si quieres, toma nota porque estamos seguros de que te van a encantar. ¡Te esperamos!
Orbaneja del Castillo
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Te presentamos el pueblo más espectacular de la provincia de Burgos, en el que vas a poder disfrutar de un paisaje impresionante en el que se unen, literalmente, arquitectura, historia y naturaleza.
Lo que vas a encontrar son casas tradicionales, de cuento, junto a las que únicamente te despistarán las vistas de la cascada que forma el agua del Ebro.
Lo que no puedes perderte es, por supuesto, su espectacular cascada, bajo la que vas a poder disfrutar de las pozas.
Por supuesto, el conjunto arquitectónico de origen medieval, y la Cueva del Agua.
Setenil de las Bodegas
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Ubicado dentro de la provincia de Cádiz, nos encontramos con un pueblo que forma parte de la Ruta de los Pueblos Blancos, en el que estamos seguros de que vas a alucinar con cómo se estructura el pueblo.
La principal fuente de atracción turística es el entramado del propio pueblo, que se ha declarado Conjunto Histórico Artístico, y que tiene las construcciones, como lo llaman ellos, al abrigo bajo las rocas, que parecen precipitarse.
Otro de los principales atractivos es el castillo, de origen nazarí, y la iglesia en honor a Nuestra Señora de la Encarnación.
Castellfollit de la Roca
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Viajamos ahora hasta la provincia de Girona, donde nos encontramos con las mejores vistas que puedas imaginar, eso sí, no aptas para los que tienen vértigo.
El pueblo en sí, es muy pequeño, contando con un kilómetro cuadrado de extensión, y asomado en el riscal formado por los ríos Fluviá y Toronell.
Si decides asomarte a este riscal, ¡ciudado! porque las vistas son de vértigo. Las paredes caen en picado hacia la parte baja, dejando las casas casi pendientes de la propia roca.
Desde luego, un espacio digno de visita.
San Andrés de Teixido
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Damos por finalizada nuestra ruta en el norte. Nos encontramos ahora en Galicia, y concretamente en la provincia de A Coruña, donde vais a poder disfrutar del encanto de lo tradicional, y las buenas vistas del entorno.
Tierra y mar se unen en un entorno espectacular en el que queda en el centro este pueblo donde disfrutar de la arquitectura tradicional de la zona.
Uno de los puntos de visita de la zona es la iglesia, que parece espectadora de lujo de uno de los paisajes con mayor valor natural que imagines.
Estas son solo algunas opciones que te ofrece nuestro país, de aunar tranquilidad y buenas vistas, pero existen muchas otras más.
