La provincia de Huesca es perfecta para disfrutar en cualquier época del año, ya sea primavera, verano, otoño o invierno, en esta provincia encontrarás una amplia oferta de posibilidades con las que disfrutar del turismo rural.
La provincia se encuentra en un enclave privilegiado en el que disfrutar de la naturaleza más absoluta y de las actividades que ésta permite, por lo que, el envoltorio está servido. Un escenario de excepción y unos pueblecitos en su territorio, que son pura magia.
Hoy queremos que nos acompañes por algunos de los pueblos menos conocidos, pero sin embargo con más encanto.
Jaca, Aínsa y Torla son quizás los más conocidos, y desde luego forman parte de la lista de los más bonitos de Huesca, aunque también es cierto que son los más conocidos, por eso, hoy queremos centrarnos en aquellos que tienen menos afluencia turística, y con la misma belleza.
Así que, si tú también quieres conocer un poco más sobre ellos, no pierdas la oportunidad de acompañarnos en esta nueva ruta. ¡Comenzamos!
Lanuza
La panorámica de este pueblo es impresionante, donde parece casi insignificante ante la grandeza de las montañas que le respaldan, y de la inmensidad del embalse que casi toca su casco urbano.
Pudo ser uno de tantos pueblos abandonados debido al miedo que existía a ser engullido por el pantano, pero finalmente, se rehabilitó para evitar esto, y en la actualidad goza de una de las mejores panorámicas.
Su trazado interior pasa por reconocer la arquitectura típica de la zona, donde se encuentran la piedra y la madera en sus edificaciones, y elementos del patrimonio tan importantes como la iglesia en honor a San Salvador.
Montañana
Ubicado dentro de la Comarca de Ribagorza, este pueblo fusiona la piedra y la naturaleza a la perfección, en una postal que le ha servido para llegar a ser Conjunto Histórico Artístico.
Desconectar es posible tan solo dando un paseo, ya que está prácticamente despoblado, ofreciendo al turista que se acerca a conocer la zona, una de las mejores estampas en las que la piedra de sus calles y construcciones, es absoluta protagonista.
Su casco urbano tiene como principal atractivo el puente medieval, junto con alguno de los antiguos caseríos, la iglesia en la parte más elevada del pueblo, y la ermita de San Juan.
Bestué
Seguramente nunca hayas escuchado hablar de este pueblo en el que sin embargo, la belleza es incomparable.
Parece un pueblo de película, de esos que se encuentran perdidos entre los prados, y con un casco urbano en el que sus construcciones en piedra, ponen el punto distintivo a la inmensidad del verde en el que se encuentra.
Fruto de su actividad agrícola y ganadera, en su fotografía se pueden apreciar bancales que le dan, si cabe, más originalidad a este pueblo del Sobrarbe.
Para finalizar, no dudes en acercarte hasta la iglesia de San Pedro, y la ermita de la Virgen del Barrio.
Muro de Bellós
Este pueblo tiene un parecido asombroso con el anterior, con la diferencia de que este que ahora te mostramos, está completamente deshabitado.
Entre los inmensos paisajes verdes se reparten las construcciones tradicionales, en la clásica piedra de la zona, y con una de las mejores panorámicas.
De todas las construcciones, apenas pueden verse hoy una decena en pie, y con graves signos de desgaste, por lo que, apreciando la magia de este pueblo, se están llevando a cabo algunos proyectos con la intención de devolverle la vida a esta zona.
Sandiniés
Nuestra última parada de hoy se encuentra dentro del Valle del Tena, un emplazamiento en el que vas a poder disfrutar de la esencia de las aldeas de montaña.
En este pueblo, las calles que se forman con el serpenteo de las casas, de piedra y con ventanas de color verde, que son el resultado de la rehabilitación de antiguos establos.
Y en los alrededores, espacios verdes increíbles con paisajes que sólo podrás descubrir si vas a visitar este pueblo.
¿A que Huesca es precioso?