Un paraje que cada año supera el millón de visitantes. Un lugar con historia propia, marcada profundamente por los hechos acontecidos durante el siglo XVIII, cuando las erupciones volcánicas dieron forma al que actualmente es el único Parque Nacional geológico en España.
El Parque Nacional de Timanfaya posee un paisaje único, repleto de volcanes inactivos que han conseguido un lugar inigualable, con un color y un olor propios, donde los visitantes quedarán maravillados desde que pongan un pie en las oscuras arenas y cenizas que datan de 1730.
Se encuentra en la isla de Lanzarote, la más oriental del archipiélago canario. Se caracteriza, al igual que el parque, por las tonalidades oscuras del terreno y la escasez de vegetación, predominando los campos de lavas. Las siluetas de los volcanes consiguen un espectáculo único, marcado por los colores rojos, pardos, negros, ocres y naranjas que dan la sensación de encontrarse en un paisaje ficticio.
Paisaje
Todas las erupciones de las que se tiene constancia en esta zona son las que han formado las diferentes estructuras geomorfológicas que hoy en día resultan las más interesantes de visitar. El elemento más característico en toda la extensión del parque es el Mar de Lavas, formado por una superficie cubierta de lava de diversos tipos.
También se pueden visitar cuevas originadas por tubos volcánicos, hornitos a través de los cuales se expulsan gases y lava, y conos de Cínder, edificios volcánicos que se han cubierto de pequeño material volcánico.
Y, por supuesto, el elemento diferenciador del paisaje, los inmensos volcanes que se alzan sobre la tierra y que se extienden por la mayor parte del territorio. Algunos de estos elementos llegan a alcanzar los 100 grados, localizados en bordes de cráteres que forman las llamadas anomalías geotérmicas.
Al terreno dibujado por las cenizas, los piroclastos, el lapilli y las bombas volcánicas, se une la presencia de la costa, lo que hace que sin ninguna duda este lugar sea especial. Los acantilados formados por las coladas de los volcanes, culminan en playas de arena negra únicas en su especie.
Flora y Fauna
Las duras condiciones ambientales de la zona hacen que sea muy complicada la proliferación de seres vivos animales y vegetales. No obstante, siempre hay especies que se adaptan y sobreviven entre las dificultades. Tal es el caso de los líquenes que tiñen de colorido muchas partes del paisaje. Entre estos líquenes, briófitos y hongos, se han llegado a clasificar hasta 146 especies, eso sin contar las especies de flora marina. Con la mano del ser humano, ha sido posible además llegar a cultivar árboles frutales en zocos de piedra, donde mejor se retiene la humedad.
El terreno árido, la falta de vegetación y la escasez de agua, no son obstáculos para algunas de las especies animales que se han adaptado a vivir en el lugar. Son aproximadamente 200 las diferentes especies que pueblan los volcanes, aunque más de la mitad son animales invertebrados. Entre todas ellas, hay hasta 24 especies protegidas que encuentran en el parque su lugar ideal para habitar. Algunas de ellas son la pardela chica, el paiño de Madeira, el guirre, el halcón tagorote, el corredor, la lechuza común, el cuervo, la musaraña canaria o la cochinita de los Jameos.
Actividades
El turismo es una de las actividades más importantes para el sostenimiento del Parque Nacional de Timanfaya. Además de los paisajes, los visitantes podrán disfrutar de un clima envidiable y núcleos urbanos en los que organizar interesantes jornadas de ocio.
Centrando las opciones en las que se pueden realizar dentro del parque, destaca por encima de todas el senderismo. Se ofrecen distintas rutas a pie, algunas a realizar con guía y otras libremente, donde observar los distintos paisajes de volcanes y playas de la zona. También es posible disfrutar de rutas a camello en grupo, una experiencia única.
Dentro del parque se encuentra además el Centro Cultural y Turístico de Las Montañas del Fuego, donde degustar los platos gastronómicos más típicos de la isla, iniciar un recorrido en guagua por la ruta de Los Volcanes, o admirar las anomalías geotérmicas en las que el agua sale disparada de la tierra a modo de géiser. Junto al centro hay también un punto de información, el Echadero de Los Camellos, donde se pueden observar los útiles de labranza tradicionales de la zona y donde aprender sobre la historia de los agricultores.