Hay muchos tipos de gente por la mañana. Está, por ejemplo, el zombie que levanta el cuerpo pero no el alma, el que se arrastra, o el que se despierta prácticamente dando saltos mortales. A todos nos afecta de manera diferente el tener que abrir los ojos cada nueva jornada.
No obstante, todos tenemos algo en común. Nos gusta desayunar con tranquilidad y en abundancia. Tristemente, por cuestiones de tiempo y trabajo no todos se lo permiten, sacrificando la comida más importante del día.
Si quieres tener energías para que tu estómago no esté rugiendo como león embravecido antes de las once, necesitas algo que llevarte a la boca. Y además algo nutritivo, no vale meterse una gominola en el gaznate. Si acaso, algo como eso te provocará aún más hambre.
Y si hablamos de buen comer, en España es más importante que en ningún otro sitio. Con nuestra dieta mediterránea tenemos a nuestra disposición una enorme variedad de alimentos saludables y de la tierra, perfectos para hacernos unos desayunos de rechupete.
Hoy te vamos a hablar de algunos de los desayunos más típicos de España. Sabemos que cada comunidad tiene sus costumbres, así que nos centraremos en los más conocidos.
1. Churros o porras con chocolate
¿Qué hay más clásico que esto? Este es especialmente el desayuno de los que hacen empalme después de una noche de fiesta y desfase.
Después de haberte mareado por todas las discotecas de la ciudad, nada entra mejor que dos o tres porras empapadas en chocolate caliente a la taza. Ya solo el olor es capaz de purificarte por dentro, y al probarlo sientes un estallido en las papilas gustativas.
Se toman sobre todo en invierno, aunque a más de uno nos da igual tomarlas también en verano, mientras la mañana está refrescando.
Su receta no es demasiado complicada, pues es una masa de harina que se echa al aceite hirviendo desde la masa pastelera. Solo tienes que tener cuidado de que no te salpique y no te churrusques un poco las manos.
Y en cuanto al chocolate… Más fácil todavía. Como si nadie hubiera hecho nunca la trampa de comprarlo en el Mercadona, vaya.
2. Sobaos pasiegos y magdalenas
Todo hay que decirlo: este desayuno sabe a infancia. Todos nos hemos tomado alguna vez un sobao blandito mojado en leche, o una rica magdalena con algo de azúcar. Además, estos alimentos son de lo más versátiles, porque te los puedes comer también para merendar, o si te entra un antojo de medianoche.
Es un producto típico de Cantabria, y mojado en el café se convierte en un desayuno sencillo pero de lo más sabroso. ¿Alguna vez habéis oído a alguien decir que no le gustan? Nosotros por aquí no, desde luego.
La receta original consiste básicamente en hacer pequeños bizcochitos en miniatura, que se mantienen esponjosos durante largas temporadas.
Tan importantes y queridos son los sobaos, que hasta tienen su propio día. Has leído bien, el día del Sobao se celebra el 3 de mayo, fecha que ha sido instaurada en este mismo año de 2021. Algo bueno nos tenía que deparar este año.
3. Pan tumaca
Como también lo llaman en Cataluña, pa amb tomàquet, es uno de los desayunos más sanos, sencillos y reconocidos en España. Se estila mucho en la región catalana, donde por defecto te servirán prácticamente cada cacho de pan con algo de tomate rallado, a no ser que pidas que no lo hagan.
Es tan fácil prepararlo que hasta los más caóticos en la cocina pueden hacerlo: coge un mendrugo de pan, tuéstalo y échale aceite. Una vez está mojado, no tienes más que rallar algo de tomate por encima y echarle una pizca de sal.
Y si eres de los que echan ajo a todo, pues sí, también puedes frotar un diente de ajo en el pan para que tenga algo de sabor extra, aunque esta parte es opcional.
¡Tachán! Y tienes un rico pan tumaca para empezar bien el día. Con esto, un café, y un zumo de naranja recién exprimido podrás ir tirando prácticamente sin sufrimiento alguno hasta la hora del almuerzo.
4. Tostada con aceite de oliva y jamón
Esta viene un poco derivada de la anterior, ya que se pueden fusionar para crear el desayuno español definitivo. Si eres un poco más especialito y no te gusta el tomate, no te preocupes, que hay más variedades.
Cómo no, este plato también lleva el producto estrella español que es el aceite. Aceite de oliva, por supuesto.
De nuevo, no tienes más que tostar una rodajita de pan —puntos extra si es ese rico pan de pueblo u horno de leña que sabes que tiene sabor a gloria en cuanto lo oyes crujir—, echarle el chorrito de aceite y ponerle encima un par de lonchas de jamón del bueno.
Al igual que el pan tumaca, es un desayuno que no tiene misterio y también es bastante sano. Cuenta con algunas proteínas y algo más de grasa, pero desde luego es mejor que un grasiento gofre con nata y sirope de chocolate.
5. Pincho de tortilla
¿Quién no ha ido una mañana a un bar y se ha fijado en ese triángulo de tortilla expuesto en la barra? Este es otro alimento que se puede tomar en cualquier momento del día (Dios bendiga nuestra gastronomía por ello).
Anda que no sienta poco bien tomarse una deliciosa tortilla poco cuajadita con un cacho de pan y el café antes de irse a trabajar o a hacer cualquier tarea.
Además, para gustos los colores. A la tortilla se le pueden añadir mil y un ingredientes que no le van a restar nada a su sabor original. Eso sí, por esta vez vamos a dejar a parte el conflicto ‘con cebolla o sin cebolla’. A esas horas, en el estómago entra cualquier cosa.
La ventaja es que este desayuno va a estar disponible en casi cualquier local en el que entres, da igual la parte de España en la que te encuentres. Incluso fría o caliente, da igual, para nosotros siempre va a ser un desayuno de lo más top.
6. Ensaimadas
En general, a mucha gente le gusta tomar algún tipo de bollería para desayunar. Nada mejor que tomar algo dulce para sobrellevar las amarguras que te pueda traer el resto de la jornada.
Algunos son de croissants, otros son de napolitanas rellenas de chocolate… Pero en las islas Baleares, lo que triunfan son las ensaimadas. Y sí, sabemos lo que estás pensando, se parecen a lo que Leia llevaba en la cabeza en las películas de Star Wars.
La ensaimada suele llevar relleno sorpresa dentro, como chocolate, crema, o cabello de ángel. Hay quienes incluso la rellenan con sobrasada para hacer de ellas un desayuno más original.
Mojadas con el café saben a lo que deben saber las nubes, y son como agua de mayo para los estómagos más hambrientos.
Son un producto tradicional puramente mallorquín, que cuenta con el sello de Indicación Geográfica Protegida.