La Comunidad Foral de Navarra está localizada al norte de la Península Ibérica, fronteriza con la vecina Francia, la cual tiene infinidad de enclaves naturales de gran importancia y que hace las delicias de visitantes. Tiene un pequeño susurro que viaja con el viento contando historias y leyendas que adornan aún más si cabe el fantástico escenario.
En esta entrada os mostramos los que, a nuestro parecer, son los siete lugares más bonitos y espectaculares de la zona, invitándoos a visitarlos y empaparos de sus leyendas mientras degustáis su maravillosa y exquisita gastronomía. Y como sabemos que es imposible un viaje relámpago a estas maravillas naturales, también os dejamos algunos hospedajes para que todo salga redondo.
Foz de Arbayún
Situado al Este de la provincia de Navarra, es un cañón de roca caliza esculpida por las aguas del río Salazar, creando un paisaje maravilloso que sirve de refugio para la mayor colonia de Buitres leonados del país, así como para otras especies de rapaces. Un lugar increíble para amantes ornitólogos y no aconsejable a personas que sufran de vértigo.
Sierra de Urbasa
Este enclave natural de gran belleza, en el que encontramos la Cumbre de Beriain, de casi 1 kilómetro de altura y por el que se pueden realizar varias rutas de senderismo, permite desde hace poco a sus visitantes pedir una autorización para poder recorrer sus mágicos rincones con vehículos de motor, para que no se perturbe de forma descontrolada la inmensa diversidad de flora y fauna que perdura
en sus tierras. Os aconsejamos adentraros hasta el nacimiento del río Urredera, el cual, con sus aguas turquesas, ofrece una estampa más bien sacada del paraíso.
Bosque de Orgi
Este espectacular bosque es uno de los pocos y escasos robledales húmedos, que tras siglos de explotación se encuentra en fase de recuperación. Debido a que está localizado en una llanura, tiene fácil acceso para personas invidentes o con movilidad reducida, las cuales, al igual que el resto de visitantes tienen la posibilidad de recibir actividades para la educación y sensibilización ambiental.
Valle de Roncal
Situado en pleno Pirineo, es un enclave en el que se invita a visitar sin prisa sus rincones naturales, que harán las delicias de fotógrafos y
amantes de espacios abiertos. Dentro de este paraje se encuentran siete pueblos, considerados como las siete joyas de esta corona, los cuales están conformados por caseríos que dejan una estampa idílica, sobre todo, en invierno con sus humeantes chimeneas que dejan olor a lumbre en la zona.
En estas localidades se mantienen las tradiciones ancestrales, permitiendo al visitante recorrer el paseo de los oficios, en los que se enseña las labores más antiguas de los poblados navarros, teniendo su máxima exposición en el día de la Almadia, todo un lujo.
Parque Natural de Bertiz
Este maravilloso Parque Natural es un pedazo de paraíso en la tierra, confeccionado por la propia naturaleza y la mano del hombre, ya que se construyó en él hace ya más de 100 años un jardín botánico que alberga más de 120 especies de árboles y arbustos tanto autóctonos como de otras latitudes, sirviendo de puerta al visitante para adentrarse en la naturaleza, ya que en el Palacio de Ciga, muy cerca del mirador, se realizan actividades de interpretación de la misma. Un lugar de belleza regia.
Selva de Irati
Este maravilloso y casi imposible lugar es el segundo hayedo abetal de mayor extensión de toda Europa, por detrás de la alemana Selva Negra, convirtiéndose en un lugar impresionante, que permite su visita tanto a mayores como a pequeños, ya que tiene caminos balizados de menos de 10 kilómetros, repletos de rincones, especialmente escogidos, que seguro os dejarán boquiabiertos.
Mientras recorréis sus tierras, repletas de arroyos y torrentes, y os cuentan las leyendas que habitan en esta selva, llegaréis al Pantano de Irabia, siendo el corazón de este enclave. Os aconsejamos visitarlo en la época de Otoño, ya que un manto colorido cubre las copas de sus árboles llenándolo de mágia y belleza.
Cueva de Zugarramurdi
Es imposible hablar de Navarra y no mencionar su estrecha relación con la brujería, del mismo modo que hablar de sus paisajes y rincones naturales y no mencionar lo que se esconde bajo esta rica y maravillosa tierra. Y es que hay un lugar que mezcla estas dos
características dotándola de una atmósfera que mezcla el misterio, la historia y la imponente naturaleza cruda.
La cueva de Zugarramurdi, es una formación rocosa de varios metros de profundidad y altura, con dos salas principales en las que se reunían las antiguas brujas para organizar sus aquelarres, en los que realizaban misas negras con culto al diablo, festines y orgías a la luz de la luna, por lo que, inquisición mediante, fueron ajusticiados decenas de vecinos, de los cuales once fueron quemados en la hoguera.
La cueva no tiene formaciones de estalactitas o estalagmitas, ni tampoco pinturas en sus muros, pero es su historia, que eriza los pelos a cualquiera, la que atrae a multitud de visitantes.
Estos son nuestros consejos pero seguro que hay algún enclave que se nos queda en el tintero, ¿nos desvelas tus rincones?