Si hay un paisaje que queda lejos de las explotaciones urbanísticas de otras zonas de litoral, ése es el que ocupa la costa de Girona, donde todavía pueden disfrutarse verdaderas joyas naturales.
En lo largo y ancho de su litoral, que discurre en aproximadamente 240 kilómetros de paz, nos encontramos con zonas llenas de vegetación, solitarias, y aún por explorar que te van a reportar las mejores vacaciones que pudieras imaginar, y por supuesto, las mejores vistas.
Ya hemos hablado alguna vez de los encantos que esconde Girona, pero nunca tan en profundidad de sus playas, así que, si estás pensando en disfrutar de unos días de descanso por la zona, no pierdas detalle de lo que viene a continuación, que te dará buenas ideas sobre los lugares a los que ir.
¡Nos vamos de playas!
Playa de Aiguablava
Comenzamos nuestra ruta por las mejores playas, con un punto de partida excepcional: la población de Begur.
Si ves la foto de esta playa, poco más hay que decir sobre su belleza. Salta a primera vista.
Pues sí, esta es nuestra primera elección para disfrutar del turismo de sol y playa en la zona. Te contamos de ella, que es ideal para ir en familia, ya que sus aguas son bastante tranquilas, y tiene poca profundidad, así que para los más pequeños es ideal.
Es bastante ancha, contando con 80 metros, y una longitud de 40, lo que hace que sea un espacio muy recogido pero de gran belleza. Además, su arena es fina, así que no dudes en tirar tu toalla y disfrutar de los rayos de sol.
Tiene todos los servicios que necesitas, como restaurantes, duchas, y parking, aunque es de pago. También se pueden practicar deportes acuáticos, y está perfectamente adaptada a personas con movilidad reducida, gracias a sus rampas.
Playa Aigua Xelida
Se encuentra en la zona de Palafrugell, y conserva toda la esencia de la costa catalana, en la que se mezclan a la perfección, naturaleza y vida.
Tiene arena fina, y se extiende en 13 metros de ancho, por unos 40 de largo en los que tumbarse y descansar será poco menos que una experiencia religiosa.
Su estructura es bastante llamativa, ya que cuenta con acantilados que parecen protegerla, y que crean la estructura de un cañón bajo el que se extienden las aguas cristalinas más tranquilas del Mediterráneo. Además, en estas inmensas paredes se agarran los pinos y surge vegetación endémica. Nadar entre ellas es maravilloso.
El contra que puede llegar a tener es que no existen servicios en ella, ya que conserva la esencia y la naturalidad.
Playa Portdoguer
Se encuentra dentro del pueblo de Cadaqués, que es sin duda, uno de los atractivos de la zona, por su especial belleza y su tranquilidad.
Recibe este nombre ya que antes era el lugar en el que fondeaban las embarcaciones que traían los Doguer, que eran los enormes barriles llenos de pescado con los que se abastecía al pueblo.
Actualmente es una de las playas más conocidas de la zona, muy cerca del casco urbano, y contando con todo tipo de servicios debido a esta ubicación.
Si decides visitarla, te vas a dar cuenta de que el color azul y el blanco, se unen para dar una de las panorámicas más bonitas, que recuerdan a los paisajes de Grecia más mediterráneos.
Además, desde la arena, que es fina y agradable, podrás contemplar la iglesia del pueblo, que es una de las construcciones más grandes de la población.
Cala Estreta
Aunque es una cala, no podíamos dejar de nombrarla en nuestra lista, ya que su espectacular belleza le hace estar en las primeras posiciones en cuanto a preferencia de los turistas.
Se encuentra en la zona de Palamós, y sus aguas cristalinas se protegen por los inmensos acantilados repletos de pinos y matorrales típicos de la zona. Hay una roca que divide la cala en dos, dejando en un lado, una piscina natural, y delante, las vistas de los islotes que emergen del agua.
Cabe destacar que el acceso hasta aquí es bastante complicado, y requiere algo de agilidad ya que es un camino que se abre en la propia naturaleza, que hay que recorrer durante aproximadamente media hora.
Con esta estructura y su ubicación, se hace imprescindible para los amantes de los deportes de agua, en especial, el snorkel.
Cala Futadera
Nos desplazamos hasta la zona de Tossa de Mar, en la que existen todavía, paraísos salvajes por descubrir en los que te encantará pasar un momento de relax y desconexión.
Se trata de uno de esos lugares con la típica esencia de la costa brava, un ambiente completamente virgen y plagado de naturaleza donde extender la toalla y tumbarse a desconectar.
Como todo lo que merece la pena, cuesta un poco alcanzarlo. En este caso, el acceso es mediante unas escaleras bastante empinadas que te van a conducir al paraíso en la tierra.
Es para todo tipo de públicos, aunque en la actualidad es muy común la afluencia de nudistas por su recóndita ubicación, aunque al llegar, encontrarás dos cabos que hacen de Cala Futadera, el lugar ideal para fondear y disfrutar de la naturaleza en estado puro.
Playa El Castell
Volvemos hasta Palamós, donde te volvemos a descubrir otra de sus zonas naturales más agradables y además, menos concurridas y exploradas.
Esta playa conserva perfectamente su esencia. Y hay que disfrutarla ya que no quedan muchas playas vírgenes. Además del paisaje original, sus aguas cristalinas con un color azul intenso, contrastan con el verde más puro de la vegetación que se agarra a las rocas.
Si eres de esos románticos que no quieren perderse estas vistas, te recomendamos que lo hagas al amanecer, o bien al atardecer, donde su luz es especialmente bonita. ¡Todo un espectáculo!
Como ves, disfrutar de esencia de la Costa Brava es todo un placer, y además muestra una panorámica que no puedes dejar de inmortalizar así que, ya sabes. Además de la toalla y las chanclas, no olvides coger una buena cámara para captar toda la belleza de estas zonas.