Montando a caballo, tomando la armadura y la espada, preparado para luchar por la libertad y para devolver la paz a nuestra tierra. La leyenda de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, se mantiene viva hasta nuestros días. Tanto que en muchos lugares puede verse su espada señalando al horizonte, como en el centro de Burgos.
Y qué mejor manera de entrar en contacto con esta parte de la historia que recorriendo los lugares que una vez él recorrió. Cambiando, eso sí, los caballos por bicicletas o coches, y las espadas por un teléfono móvil con navegador.
Existe una ruta marcada, que se conoce como el Camino del Cid, basada en la narración del Cantar de mío Cid. La ruta se ha diseñado teniendo en cuenta criterios literarios, históricos y patrimoniales, por lo que se han obviado algunas provincias por las que también estuvo el personaje real, como Zamora, Murcia, Oviedo, Sevilla o Barcelona.
La ruta atraviesa diversas provincias, hasta ocho, y se puede recorrer por carretera o por caminos secundarios, por lo que es elegida sobre todo por motoristas y cicloturistas. En total se ofrecen 1929 kilómetros en los que será difícil encontrar los mismos caminos desprovistos de tecnología y construcciones que los que recorrió el Cid, pero el camino valdrá la pena para disfrutar del contacto con la naturaleza y de una historia que ha forjado la más grande de las leyendas.
El Destierro
Parte del relato que narra los primeros días del destierro del Cid y que incluye otros pasajes por su cercanía geográfica, como la Afrenta de Corpes. La ruta parte de Vivar, al igual que partió el Cid ya desterrado. Sigue hasta San Pedro de Cardeña, en cuyo monasterio quedaron su mujer y sus hijas. Nueve días después de su destierro y con su familia a buen recaudo, el Cid y su grupo de fieles dejan Castilla, saliendo por la Sierra de Pela, el límite entre Soria y Guadalajara. Esta parte del itinerario finaliza precisamente en Atienza, localidad que pertenece a Guadalajara.
Tierras de Frontera
Este tramo comienza en los territorios de Toledo, tras salir de Atienza, el Cid continúa hacia Henares. Aquí se hace fuerte imponiendo su ley, con el cobro de parias y tomando poblados. Sigue entonces por algunos lugares como Medinaceli o la vega del Jiloca, zonas que servían como frontera entre los reinos cristianos y musulmanes, y que también lo fueron de los reinos de Castilla y de Aragón.
El camino llega en esta parte hasta el pueblo abandonado de Alcocer, situado en el término municipal de Ateca. Aquí se organiza la “Ruta del Destierro”, una actividad que rememora la figura del Cid, por ser además un lugar donde tuvo lugar una de sus más duras batallas.
Las Tres Taifas
El ejército del Cid se hace fuerte, cosa que permite a nuestro protagonista moverse sin peligro entre las tres taifas de los reinos musulmanes. Toledo, Zaragoza y Albarracín son los siguientes escenarios de la ruta. Se inicia esta parte en Daroca, pasa por Molina de Aragón y llega a Albarracín cruzando paisajes agrestes. Finaliza en la localidad de Cella, donde antes de conquistar la ciudad de Valencia, el Cid reunió un ejército de hombres para acompañarle.
La conquista de Valencia
Desde Cella, la ruta del Cid se extiende por algunas ciudades como Montanejos, Jérica o Segorbe, hasta llegar a Valencia. Aquí el relato narra la vida del Cid durante varios años, vagando por un territorio hostil y moviéndose por costas y sierras, debilitando a sus contrincantes desde dentro. Así, diez meses después, Valencia se rinde al asedio y al dominio del Cid.
La defensa del sur
Tras la conquista de Valencia, tiene lugar una época en la que el Cid afianza su presencia en la zona y recorre algunas localidades del sur de la comunidad como Játiva, Villena o Elche, hasta Orihuela. Lugares de gran importancia estratégica en los que evitó el ataque de los almorávides. Especialmente en Orihuela, ya que esta última era un punto muy codiciado por su ubicación geográfica y pos su huerta.
Anillos Temáticos
Dentro de la ruta del Camino del Cid, existen algunos circuitos circulares con identidad propia, conocidos como los Anillos Temáticos, que unen algunas de las zonas que recorrió nuestro ilustre personaje.
- Anillo de Gallocanta, que une Daroca con Gallocanta.
- Anillo de Montalbán, que pasa por las localidades de Montalbán, Monforte de Moyuela, Huesa del Común y otras poblaciones de Teruel.
- Anillo del Maestrazgo. Pasa por la Sierra del Maestrazgo, entre Teruel y Castellón.
- Anillo de Morella. También entre Teruel y Castellóm, este anillo utiliza referentes históricos, literarios, culturales y medioambientales.
- Anillo de la Taifa de Valencia. Proyecto de anillo que pasará por localidades como Játiva y Peña Cadiella.
Los ramales
Estas rutas se incluyen dentro del camino principal, y son aquellas que unen algunas poblaciones de forma lineal. Son tres:
- Ramal de la Algarada, que une Guadalajara con Castejón de Henares.
- Ramal de Castellón, que une la ciudad de Castellón con Sagunto.
- Ramal de Olocau, que une las localidades de Puçol y Olocau.
Aquellos valientes que decidan realizar una parte o la totalidad del Camino del Cid, podrán solicitar el llamado salvoconducto, un documento que acredita el paso de los viajeros por las distintas localidades de la ruta y que sirve para obtener el documento acreditativo del Camino del Cid. Para ello es necesario mostrar en el salvoconducto al menos cinco sellos oficiales por provincia.