En la actualidad, el asunto de la monarquía siempre da pie a debate. Sin embargo, hubo una época en la que los reyes tenían un significado importante para la población, mandaban y tomaban decisiones. Tal es el caso de los Reyes Católicos, a quienes debemos muchas de nuestras actuales circunstancias, buenas o malas.
Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando. O eso dicen. Aunque como en toda pareja, una de las partes lleva la voz cantante. Y en este caso nos decantamos por vigilar más de cerca la trayectoria de Isabel, porque siguiendo sus huellas descubriremos lugares en los que además de belleza, se esconde una historia que también es la nuestra.
Castilla y León
La comunidad castellana adquiere una especial relevancia al hablar de Isabel, quien llevaba el título de I de Castilla.
Ávila
En esta provincia destaca la localidad de Madrigal de las Altas Torres, lugar de nacimiento de Isabel. En la actualidad se conserva el llamado Real Monasterio de Nuestra Señora de Gracia, donde es posible visitar la alcoba donde nació la futura reina y la Iglesia de San Nicolás de Bari, donde fue bautizada.
Sin salir de la provincia se puede visitar Arévalo y la propia ciudad de Ávila, ambas ligadas a la historia de Isabel.
Segovia
En la ciudad de Segovia se proclamaría reina en 1474 Isabel I de Castilla. El recorrido que realizó en su día portando el pendón de Castilla se puede realizar también en la actualidad, siguiendo la ruta que va desde el Alcázar hasta la Iglesia de San Miguel.
Se recomienda igualmente visitar la localidad de Pedraza, con una marcada tradición medieval que se mantiene en sus calles empedradas y sus construcciones típicas de madera.
Valladolid
Esta provincia cuenta con dos de los acontecimientos más importantes en la vida de Isabel. En la propia ciudad de Valladolid, en el Palacio de los Vivero, fue donde contrajo matrimonio con Fernando el Católico.
Por otro lado, en la localidad de Medina del Campo, pasó sus últimos días tras recibir el título de “Reyes Católicos” junto a su marido. Fue en el Palacio de la Plaza Mayor donde vivió hasta su muerte, en 1504.
Extremadura
La otra comunidad donde la historia de Isabel tiene mayor peso, en concreto en la provincia de Cáceres, debido a que en este territorio tuvieron lugar muchos de los acontecimientos más importantes de su vida.
Además de la ciudad de Cáceres, donde Isabel estuvo en dos ocasiones realizando diversos actos, es recomendable visitar otras localidades repletas de hechos históricos.
Una de ellas la localidad de Alcántara, donde Alfonso V renunció a la corona de Castilla, pasando a ser de los Reyes Católicos. También se encuentra Plasencia, donde tuvo lugar la boda entre Alfonso V y Juana la “Beltraneja”. Fue en otro pueblo cercano, Trujillo, donde la batalla entre Isabel y Juana se vivió con mayor intensidad, hasta la firma de la paz en 1479.
El recorrido por la provincia finaliza en Valencia de Alcántara y Guadalupe, siendo el primero, el pueblo donde se celebró el matrimonio del Rey de Portugal con la primogénita de los Reyes; y el segundo, donde están enterrados el padre y el hermano de Isabel y el padre de Fernando.
Otras zonas de España
Más allá de estas comunidades, son muchas las localidades que se reparten por la geografía española y que aún guardan relación con la historia de los Reyes Católicos.
Madrid
En la capital se mantienen varios monumentos y lugares que se pueden visitar, como el Palacio Real, la Puerta de Alcalá, el Retiro o el Museo del Prado.
Toledo y Granada
Toledo disfruta de un merecido nombre propio como ciudad para visitar ya que incluso ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Además, es posible conocer algunas de las huellas dejadas aquí por Isabel, como el Monasterio de San Juan de los Reyes.
Para terminar, no hay otro lugar posible que la ciudad de Granada, donde reposan los restos de Isabel y Fernando. Se pueden visitar sus tumbas en la llamada Capilla Real, que está abierta al público, y donde también están enterrados la hija de ambos, Juana la Loca y su marido, Felipe el Hermoso
En muchos de estos lugares es posible además realizar rutas guiadas por los monumentos mientras se revive la historia, disfrutar con las festividades en las que se recrean algunos de los acontecimientos, o saborear la gastronomía más relacionada con lo que comían los Reyes Católicos.