Resulta complicado predecir si aquellos que se acerquen a visitar este lugar, tendrán la oportunidad de ver a un campanero jorobado saltando de roca a roca. Y es que, a pesar de su nombre, no hay ni una sola campana repicando en estas “catedrales” formadas por la fuerza de la naturaleza.
Películas aparte, sin duda este lugar es un paraje natural digno de conocer y disfrutar, que debe su actual nombre a las formas rocosas que emergen de la tierra, y que dejan ver durante la bajamar arcos y cuevas erosionados en la piedra a lo largo de los siglos.
El nombre real de esta playa situada en la provincia de Lugo, es la playa de Aguas Santas, un lugar que ha sido escogido como una de las playas más bellas del mundo. Ha sido declarada Monumento Natural por la Consejería de Medio Ambiente de Galicia; y ostenta el título de mejor playa de España, la segunda de Europa y la sexta mejor del mundo, según las opiniones de encuestados de todas las regiones de la Tierra.
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Además de las formas que recuerdan a arbotantes de una catedral, durante la marea baja se pueden descubrir grutas inmensas y pasillos de arena que surgen entre bloques de roca de más de 30 metros, a través de los que incluso es posible llegar a otras playas cercanas.
Igualmente interesante resulta visitar el lugar durante la pleamar, momento en el que la playa prácticamente desaparece. El recorrido más recomendable cuando la marea sube es atravesar la parte superior de los acantilados, desde donde se obtiene una panorámica inigualable del entorno.
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Para conocer el estado de las mareas, es posible descargar una aplicación creada por una empresa de la provincia, que facilita información a tiempo real acerca de la climatología, el cambio de las mareas y las horas a las que se puede recorrer la playa a pie. Una forma muy original de tener controlada la situación en todo momento.
Aunque la intención inicial sea visitarla durante el verano, no se debe desperdiciar la oportunidad de descubrirla durante las épocas más frías del año, ya que la afluencia de turistas es mucho menor. Es posible que no sea el mejor momento para darse un chapuzón, pero sí lo es para contemplar toda su belleza sin tener que compartirla con decenas de personas.
Qué hay cerca
Finalmente, los visitantes no deben perder la oportunidad de acercarse a las dos localidades entre las que se encuentra la playa, Ribadeo y Foz. Dos pueblos completamente típicos de la costa y del norte de Lugo, en los que el espectáculo comienza al degustar la variada gastronomía en el marco de paisajes inigualables. Nada mejor al terminar el paseo por la playa, o el baño, que disfrutar de los pescados, carnes, empanadas y quesos tradicionales de la provincia. Porque aunque su nombre sea la playa de las Catedrales, los rezos y los ayunos mejor dejarlos para las iglesias.
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