5 Destinos en La Moraña abulense

La comarca de La Moraña es una de las grandes desconocidas en la provincia de Ávila, a pesar de albergar un rico entorno rural repleto de patrimonio y una característica cultura de tradiciones.

Antaño fue tierra de reyes y caballeros que, allá por donde pasaban, dejaban su impronta con sus imponentes castillos o numerosas iglesias o ermitas en honor a santos y vírgenes, cual fervientes devotos.

Con el tiempo, pasó a ser una tierra de extensos campos de cereales, por lo que, no en vano ha sido considerada parte de El Granero de España, y donde un intenso verde en primavera, en contraste con el dorado en época veraniega esconde bellos pueblos y paisajes esperando a ser descubiertos.

¿Te animas a irte de viaje con nosotros? Pues ponte unas zapatillas cómodas que empezamos con los lugares más imprescindibles y que no te puedes perder.

¡Nos ponemos en marcha!

ARÉVALO

No podemos emprender nuestro recorrido en otro lugar que no sea Arévalo, ya que es la capital de la comarca, aunque también tiene otros apodos como la Capital de los Cinco Linajes, puesto que fueron cinco familias las encargadas de, en su momento, repoblar esta zona.

También se conoce como la Capital del Arte Mudéjar, el cual sobresale en las estrechas y enrevesadas calles de su casco antiguo, el cual es Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico Artístico.

Su Plaza de la Villa es el emblema de la localidad, donde destacan los típicos soportales castellanos, y alberga la Iglesia de Santa María, levantada, aproximadamente, en el siglo XIII y con un impresionante artesonado de madera en el techo en su interior. También en la Plaza de la Villa podemos encontrar otra iglesia mudéjar, en este caso, en honor a San Martín, con dos imponentes torres a ambos lados del pórtico de entrada.

La Plaza del Arrabal, más céntrica, también es de estilo castellano, y, además de ser un punto de reunión para los lugareños, es el único sitio donde se conserva una de las entradas de la antigua muralla: La Puerta de Alcocer.

No podemos despedirnos de Arévalo sin mencionar su Castillo, una robusta fortaleza defensiva del siglo XV y junto al cual situamos también el Puente de Medina, de origen medieval, que salva el paso sobre el río Arevalillo, ofreciendo una buena vista sobre el margen de la localidad.

Por cierto, si te entra hambre durante la visita, no olvides preguntar por la especialidad gastronómica, que, aunque Segovia se lleva la fama, uno de los mejores lugares para comer tostón… ¡es Arévalo!

ADANERO

Quizás es uno de los pueblos más desconocidos en la comarca, y por ello, queremos ponerle remedio, destacando las virtudes de este tranquilo rincón rural de La Moraña.

Deambular por sus calles es adentrarte en el ambiente del típico pueblo castellano donde casas antiguas y edificios señoriales componen gran parte de su arquitectura popular, destacando en su Plaza Mayor, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un edificio religioso con un llamativo campanario, nombrada Bien de Interés Cultural, con orígenes en el siglo XIII, y reformada posteriormente en los siglos XVI y XVII, consiguiendo una mezcla de estilos entre los que destaca el mudéjar.

Por otro lado también debemos hacer mención, en la misma plaza, a la Casa Consistorial, con su original reloj sobre el balcón principal, de estilo neomudéjar del siglo XIX, sin olvidarnos del Palacio de los Condes de Adanero, un bello edificio palaciego del siglo XVII, y, más a las afueras, de la Ermita de Jesús Nazareno, un pequeño santuario finalizado en el siglo XVIII.

Más allá de su patrimonio, en sus alrededores, los paisajes principales son extensos campos de trigo y cebada con pinares apareciendo esporádicamente, y en la misma localidad, una agradable zona natural es el Lavajo de San Antón, la única laguna que queda en la zona, de las muchas que había en su tiempo.

Como decíamos al principio, al no ser muy conocido, muchos viajeros pasan de largo, pero Adanero es el lugar perfecto para una escapada donde podrás desconectar gracias a la tranquilidad y el encanto rural de esta localidad abulense.

MADRIGAL DE LAS ALTAS TORRES

Si hay algo que pone en el mapa este municipio, es ser la cuna de Isabel La Católica, pues es en este lugar donde nació la conocida reina castellana.

El estilo mudéjar es el predominante en prácticamente todos los rincones, pero antes de llegar hasta su casco antiguo, es inevitable fijarse en sus murallas, datadas en el siglo XIV y con cuatro puertas de entrada, cada una orientada hacia un punto cardinal.

Dentro del casco urbano encontramos sus dos iglesias principales, en honor a San Nicolás de Bari y Santa María del Castillo, respectivamente, ambas de estilo románico, pero en el caso de la primera, tras haber sufrido reformas, integra también elementos mudéjares.

Otros edificios destacados son, por un lado, el Real Hospital de la Purísima Concepción, mandado levantar Juan II, padre de Isabel La Católica, para atender a gente pobre y enferma, o el Palacio de Juan II, que en la actualidad acoge un convento, y que fue morada de nobles y reyes como, por ejemplo, Pedro I El Cruel.

En una de sus calles también encontraremos el Arco de Piedra, reminiscencia de un antiguo palacio plateresco, cuyo dueño, Nicolás de Soto, fue médico real.

Si salimos a los campos de cereal que se extienden alrededor de Madrigal de las Altas Torres, no podemos pasar por alto el Convento de Extramuros, que, a pesar de estar en ruinas, es prueba fehaciente del antiguo esplendor de este pueblo abulense.

PAJARES DE ADAJA

Cercana a localidades como Arévalo o Adanero, que ya hemos mencionado, es otra de las localidades que forman parte de La Moraña.

Sus orígenes son bastante antiguos, puesto que se encontraron restos prehistóricos, así como de la época romana dentro del mismo término municipal.

En la Plaza Mayor, de estilo castellano, como no podría ser de otra manera, encontramos su principal monumento, la iglesia de San Juan Bautista, en honor a su patrón, aunque, más a las afueras, también podemos visitar la Ermita de la Virgen de Revilla, de un característico estilo morañego.

Además, de su patrimonio, la naturaleza a su alrededor, con extensos campos de cultivos, ideales para pasear, invita a los viajeros a disfrutar de unos días de la tranquilidad del entorno rural.

FONTIVEROS

Llegamos hasta este destino, famoso por ser el lugar de nacimiento de otro conocido personaje histórico, San Juan de la Cruz, uno de los estandartes de la poesía castellana.

A lo largo del tiempo, esta localidad pasa de ser una pequeña aldea a alcanzar el título de Villa en el siglo XVI, floreciendo de manera exponencial durante este período.

El monumento más destacado es la Parroquia de San Cipriano, un bello edificio gótico mudéjar que ostenta el título de Monumento Histórico Artístico desde el año 1943 y con la característica de ser la iglesia de mayor tamaño dentro de la comarca de La Moraña.

También se conserva la Casa Natal de San Juan de la Cruz que tiene uso tanto de iglesia como de convento y es originaria del siglo XVIII.

Pero, además de sus monumentos, su patrimonio también abarca una colección de edificios de arquitectura popular como la Casa de Diego de Arriaga o la Casa Solariega de las Cubas de Maldonado.

Aunque hasta aquí llega nuestro recorrido, la comarca de la Moraña es un lugar que merece la pena descubrir, especialmente para los amantes de los entornos rurales donde la historia, cultura y tradiciones hacen retroceder en el tiempo, y ofrecen un refugio de paz para desconectar del ritmo de vida tan acelerado que se nos impone, en muchas ocasiones, en las grandes ciudades.

Esperamos que nuestros destinos te hayan animado a descubrir y explorar esta preciosa zona de la provincia de Ávila, y… ¡nos vemos en el siguiente destino!

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