Albarracín es una de las poblaciones con más encanto de Aragón. Un lugar perfecto para disfrutar del turismo rural, cultural y natural.
Se encuentra dentro de la provincia de Teruel, y concretamente en su zona suroeste. Una localidad en la que la belleza de su panorámica le ha servido para ser declarado Monumento Nacional, además de obtener otros reconocimientos como la Medalla de Oro de las Bellas Artes, en 1961 y 1996 respectivamente.
Se trata de un pueblo con poco más de 1000 habitantes que tienen la suerte de disfrutar de un casco urbano rodeado del río Guadalaviar, que le aporta, si cabe, un valor natural extra.
Su entramado se encuentra dividido en varias zonas. Por un lado, la zona antigua con las reconocidas construcciones sobre la hoz del río. Por otro, el Arrabal, que corresponde a la zona del Guadalaviar.
El pueblo, que se encuentra sobre un peñón, se conforma a partir de una gran cantidad de puntos de interés cultural que te recomendamos que visites para conocer a fondo su historia; una historia que cobra vida desde la Edad de Hierro.
Visitar el Conjunto Histórico de Albarracín es sin duda, una de las cosas que no puedes dejar de hacer.
Entre los puntos de mayor interés encontramos el famoso Alcázar, en pleno casco antiguo, y completamente reconstruido y habilitado para visitas turísticas. Tiene la esencia de la época en la que se construyó, ya que se ha conservado la estructura hallada durante los trabajos arqueológicos. Además, fue una fortaleza ocupada durante varios siglos, hasta el XVI.
De este siglo es precisamente la catedral, que alberga un museo en el que pueden observarse los tapices de estilo flamenco. Se encuentra junto al castillo, desde el que por cierto, las vistas son espectaculares.
Junto a la catedral, podrás visitar el palacio episcopal, una de sus señas de identidad y en el que se muestra claramente en su portada, la influencia barroca.
La plaza del Ayuntamiento, en la que vas a poder conocer también la Casa Consistorial es otro de los puntos que no puedes dejarte en tu visita. Una plaza empedrada en la que los balcones de madera son sin duda, protagonistas.
Por último, pero no menos importantes para su patrimonio, destacamos las diferentes torres, una de ellas hoy inexistente, la de la Muela. Las otras dos torres corresponden a la de doña Blanca, y la del Andador, de aspecto musulmán.
Pero no todo es patrimonio cultural, ya que en Albarracín, la sierra pone el punto de color y natural que le aporta un alto valor ecológico encontrándose aquí, el sabinar más grande de Europa.
Los pinares del rodeno son sin duda, una de las zonas más bonitas para practicar senderismo, donde disfrutarán de su fauna y su flora, además de algunos puntos con pinturas rupestres que puedes aprovechar para visitar, como son las que te encontrarás en la Ruta de las Tajadas.
El Salto de San Pedro en el Vallecillo, el Barranco Hondo, los Ojuelos del Cabriel o la laguna de Noguera, entre otras, son sus principales protagonistas.
Una población con una espectacular y amplia oferta.