Si estás pensando en viajar a Andalucía, te proponemos un plan que no vas a poder rechazar: una
visita a la Sierra de Grazalema, una joya natural que tienen la suerte de disfrutar las provincias de Cádiz y
Málaga y que te animamos a que descubras.
¿Sabías que la Sierra de Grazalema es la zona de la Península en la que más registro de lluvias hay?
Todo lo contrario a lo que puede parecer que sucede en Andalucía, esta zona tiene un clima muy especial
que condiciona cada uno de los rincones naturales que la componen.
Si hay algo que tienes que hacer, es recorrer su terreno lleno de vegetación característica: el pinsapo.
Es una especie de abeto que crece únicamente en Andalucía y que está en peligro de extinción. Por eso, es
importante respetar estas zonas en las que podrás hacer numerosas rutas de senderismo. La ruta del
Pinsapar es una de las más demandadas, con dificultad media, los poco más de 10 kilómetros a recorrer te
permitirán mezclarte con los pinsapos.
Sumergirnos en su encanto natural también es posible si sigues algunas de sus sendas, entre las que
destacamos la del río Majaceite. No tiene demasiada dificultad, por lo que podrás hacerla en familia
mientras disfrutáis del paisaje que recorre este río. Por el contrario, la ruta de la Garganta Verde es una de
las de mayor dificultad pero también une agua y vegetación. Antes de lanzarte a caminar por ella, deberás
pedir una autorización.
También con autorización podrás hacer la Ruta de los Llanos de Rabel, aunque prácticamente no tiene
dificultad. También en esta ruta te mezclarás con los bosques repletos de pinsapos.
La Sierra de Grazalema cuenta con numerosos pueblos que merece la pena conocer, empezando por
Grazalema, que es uno de los más bonitos de España, y además de los más visitados en la zona. En él vas
a poder conocer el Ayuntamiento o la iglesia, que se construyó sobre una mezquita.
Otro de los imprescindibles es Zahara de la Sierra, en Cádiz. Un espectáculo visual y patrimonial del
que disfrutar mientras recorres sus calles que te llevarán hasta el punto más alto, en el que tenemos la
Torre y el poblado de origen nazarí.
Para conocer desde dentro los Pueblos Blancos, ninguno mejor que El Bosque. Sus animadas calles y
su tradición te permitirán disfrutar de un paseo agradable en el que encontrar sus famosos molinos y la
iglesia de Santa María de Guadalupe. Otro pueblo blanco es Algodonales, la entrada a la Sierra de
Grazalema en el que no puedes perderte el Yacimiento del Cerro de la Botinera, en el que todavía hoy
destacan las ruinas de la muralla de un antiguo poblado.
Para terminar una ruta completa por sus pueblos, no te pueden faltar Benamahoma y Benaocaz, dos
imprescindibles en los que visitar el Ecomuseo del Agua y el Mirador del Cintillo respectivamente.
Una visita a la Sierra de Grazalema que se precie no termina de completarse hasta que no disfrutas de
su gastronomía.
Uno de los platos estrella de su cocina es la Sopa de Grazalema, hecha con huevo, chorizo y pan; y
platos de carne de cordero como la caldereta. Además, los amantes del queso tienen aquí un auténtico
parque de atracciones de sabores, especialmente en el pueblo de El Bosque.
Sin duda, la Sierra de Grazalema es para disfrutar.