Para situarnos, nos tenemos que dirigir al corazón de la Sierra de Francia, en Salamanca, concretamente a la zona sur de la provincia, lindando con Extremadura. Aquí es donde encontraremos La Alberca, un pueblecito donde redescubrir el turismo rural.
¿Sabes algo sobre sus orígenes? Si no es así, no te preocupes, nosotros te damos unas pequeñas pinceladas sobre la historia de esta bonita villa.
Desde la época prehistórica podemos encontrar algunos vestigios, como pinturas rupestres en las zonas de Lera y Las Batuecas, espacios naturales que forman parte de la Sierra de Francia.
No es hasta los siglos XII y XIII, época en la que empieza a florecer y aumentar su población, siendo la gran mayoría de esos pobladores originarios de Francia, de ahí el nombre de la serranía en la que se encuentra este bello pueblo.
Y te preguntarás, pero ¿cómo es el pueblo? Pues, hay que decir que su arquitectura es una armoniosa mezcla de las culturas que han pasado a lo largo de los siglos, y que han ido dando una forma final a un entramado de calles y recovecos que ofrecen una preciosa estampa.
Un punto que no puedes pasar por alto es su Plaza Mayor, una de las más fotografiadas, y no es para menos, ya que sus fachadas con doble balcón y soportales sostenidos por columnas de granito junto con su crucero central forman un conjunto digno de admirar.
Después de un buen paseo recorriendo sus bonitas calles, puede que te entre algo de hambre. ¿Quieres saber qué es lo más típico que puedes comer en La Alberca?
Partimos de la base de que su gastronomía está muy ligada a la tierra, ya que la fabricación de sus productos más típicos van entrelazados con ella. Uno de los platos estrella es el “cabrito cochifrito” que consiste en un marinado previo con hierbas aromáticas que le da un sabor excepcional.
También podrás probar una gran variedad de embutidos ibéricos o su famoso hornazo, una empanada que se rellena con cualquiera de esos embutidos, y poner punto final a la comida con un buen postre típico como las perrunillas o su exquisito turrón artesano.
Además de su gastronomía y productos artesanales, otro de los motores económicos es el turismo, especialmente el rural, que cuenta con una amplia oferta de distintos alojamientos para todos los gustos, pero, eso sí, remarcando la tranquilidad que brinda este lugar para escapar de los ruidos y el estrés de las grandes urbes, dejando totalmente enamorado a cualquier viajero que se anime a hospedarse aquí.
¿Aquí acaba la visita? ¡No! Y es que no puedes marcharte de La Alberca sin descubrir los espectaculares rincones a su alrededor.
La Sierra de Francia es su marco y, junto con las Batuecas, forman un extenso parque natural. Su pico más destacado es la Peña de Francia, lugar donde se halló la imagen de la Virgen de la Peña convirtiendo al pueblo en lugar de peregrinaje.
Este precioso parque es un rincón en el que los amantes de la naturaleza disfrutarán al máximo en un entorno repleto de flora y fauna muy diversos embellecidos además, por pequeñas ermitas o iglesias que se reparten por distintas zonas en toda su extensión.