Con paisajes de contrastes ricos en vegetación donde los viñedos son la clave del turismo en la comarca y el sabor a lechazo, cochinillo y cabrito se estructura la comarca de la Ribera del Duero, un perfecto destino para disfrutar del turismo rural.
Las torres defensivas, los castillos y las atalayas decoran unos pueblos con encanto en los que todavía hoy se puede ser partícipe de una tradición de más de 2.000 años conservada de generación en generación son sólo algunas de las pinceladas para describir qué comprende la Ribera del Duero.
Se encuentra al sur de la provincia de Burgos, cuyo mapa limita con otras provincias como Segovia, Soria, Valladolid y Palencia y se estructura en base al cauce del río Duero, que es el que vertebra esta espectacular comarca.
¿Qué ver en la Ribera del Duero? Las posibilidades son infinitas, y si nos centramos en el patrimonio, te encontrarás con el mayor exponente del románico que se puede ver en elementos como las iglesias, los monasterios o las ermitas.
Además, ha sido una zona poblada desde la antigüedad, de la que se han encontrado algunos yacimientos arqueológicos que se pueden visitar hoy en día como el de Tiermes, una antigua ciudad celtíbero romana.
¿Qué pueblos visitar en la Ribera del Duero? Son muchos los pueblos con encanto que tiene la comarca, aunque empezar por la capital es lo mejor para tu ruta turística.
La capital es Aranda de Duero, donde vas a poder disfrutar de un rico patrimonio religioso gracias a las iglesias de Santa María la Real y de San Juan, ambas siguiendo la corriente gótica. En este pueblo también se encuentra el Monumento Nacional de la iglesia de San Nicolás de Bari. Pero no todo es patrimonio religioso, y es que conocer su Plaza Mayor y la muralla te harán disfrutar de la esencia medieval de Aranda.
Otro de los pueblos de la Ribera del Duero que no te puedes perder es Peñaranda de Duero, denominado Conjunto Histórico Monumental y con un referente como es su espectacular castillo. Además, desde su Plaza Mayor vas a poder contemplar la iglesia de Santa Ana.
Peñalba de Castro es otro de los imprescindibles ya que es aquí donde se encuentra la ciudad de Clunia Sulpicia, de la que se conservan los restos del teatro, del foro y de las antiguas termas.
Riaza es otro de esos pueblos de la Ribera del Duero en el que desconectar y viajar al pasado a través de su espectacular patrimonio, aunque la naturaleza es impresionante. Desde aquí se pueden conocer las Hoces del río Riaza y tiene su punto de partida la Ruta del Vino y de las Villas de la Ribera del Duero, donde vas a poder conocer otros núcleos de población en los que la cultura del vino está muy arraigada.
Y es que, como decimos, la gastronomía en la zona es uno de los pilares fundamentales para el turismo. La Ribera del Duero gira en torno al vino y cuenta con una amplia variedad de bodegas modernas y originales, incluso subterráneas, donde podrás disfrutar de sus mejores caldos, acompañando las ricas carnes asadas.
Si tienes pensado disfrutar de unos días en la comarca, hay un montón de hoteles con encanto y casas rurales donde dormir en la Ribera del Duero.