La perfecta unión entre Francia y España queda perfectamente representada en la zona del País Vasco francés, donde la belleza de sus paisajes, la naturaleza y una cultura que mezcla lo vasco con lo francés, hacen de este territorio en la parte meridional de Francia uno de los más bonitos y visitados.
Conocer el País Vasco francés es algo que tienes que hacer al menos una vez en la vida, y aunque es conocido por la afluencia de surferos con ganas de surcar las olas, especialmente en la playa de Cénitz en Guéthary, tiene mucho más que ofrecer en cualquiera de las tres provincias que lo forman (Labort, Sola y Baja Navarra).
Con un perfil en cuya orilla destaca el río Bidasoa y que ofrece contrastes entre las zonas de costa, con magníficas playas a las que llevarse la tabla de surf, y pueblos de interior con montañas y naturaleza, esta mezcla de culturas te muestra magia en todos sus rincones.
¿Quieres saber qué es lo que no puedes perderte en tu visita al País Vasco Francés?
Lo primero que debes hacer es visitar Bayona, la capital y ciudad más poblada de toda la zona. En su perfil destaca sin duda la Catedral de Ste Marie y los dos castillos. Unas callejuelas bastante estrechas te llevarán hasta ellos.
Para los amantes de la playa, en la costa vais a encontrar cultura, historia y naturaleza en pueblos con las mejores vistas. Empezar por Hendaya puede ser un perfecto comienzo en el que seguro que te apetece disfrutar de un baño en su playa o de un paseo por sus calles llenas de colores, aunque si hay algo que resalta es Domaine d'Abbadia que es espectacular.
Saint Jean de Luz es otra de las interesantes visitas que tiene el País Vasco francés, un lugar conocido por sus playas, el puerto y por el color que se te clavará en la retina al recorrer sus preciosas calles. El Faro de Higer es otra de las vistas hacia el mar impresionantes, como también lo es Biarritz, uno de los destinos estrella entonces de la alta burguesía, y en la actualidad, de todo tipo de viajeros con ganas de disfrutar de la Grande Plage o la Plage de Milady.
Caminando hacia el interior, encontramos alguna joya con ganas de ser descubierta. Sare y Ainhoa son dos de ellas, un pueblo en el que la calma, la belleza de sus construcciones típicamente vascas con color.
Espelette es otro de los pueblos de interior del País Vasco francés. Un rincón especialmente conocido por sus pimientos rojos, que reciben el nombre de Ezpeletako Biperrak. De hecho, tradicionalmente los pimientos se colgaban en las fachadas para su secado. Una estampa que se ha ido convirtiendo en todo un emblema.
Saint Jean Pied de Port podría ser un buen broche final. Una localidad en la que no es raro ver peregrinos ya que por aquí cruza el Camino de Santiago francés. Podrás disfrutar de sus murallas y de la ciudadela, uno de los reclamos para el turismo.
En cuanto a lo que se come en el País Vasco francés, como ya avanzábamos, los pimientos son uno de los pilares en su recetario, así como los quesos Ossau-Irati y para los más golosos, el gâteau basque.
¡Una auténtica delicia para el paladar y los sentidos!