Si quieres disfrutar de una de las joyas de nuestro país te recomendamos que visites el Parque Nacional de Cabañeros, un espacio único que se sitúa en el mapa entre las provincias de Ciudad Real y Toledo y que cuenta con más de 40.000 hectáreas.
Este espectacular paraje enclavado en los Montes de Toledo es una perfecta opción para los amantes de la naturaleza que van a encontrar flora, fauna, historia y muchas curiosidades que vas a ir desgranando a medida que lo conozcas.
Comenzando por su historia y haciendo un breve resumen, el Parque Nacional de Cabañeros fue objeto de debate en el año 1987, que fue cuando se quiso hacer de él un campo de tiro y operaciones para el ejército. Tanto las asociaciones como los vecinos de la zona se negaban a este hecho, y tras muchas protestas, la Junta de Castilla La Mancha lo declaró Parque Nacional en el año 1988, de manera que ya estaba cubierto de protección.
En la actualidad, tiene tantísima importancia que no sólo es un espacio protegido a nivel natural, sino que todo el ecosistema que hay en el Parque Nacional de Cabañeros también, ya que es zona ZEPA y Lugar de Importancia Comunitaria.
No es para menos, y es que esta zona cuenta con una flora de gran importancia, siendo el bosque mediterráneo más importante de Europa. En cuanto a la distribución de este parque, podemos decir que se divide en dos partes. Por un lado encontramos la parte de la raña, que ocupa unas 8.000 hectáreas y es la zona más llana de todo el parque. Por el otro lado, la parte más abrupta, la sierra, con montaña y zona de bosques de encinas y alcornoques, así como de matorral mediterráneo.
Todo este ecosistema hace que sea un hábitat estupendo para numerosas especies animales, y es que la fauna del Parque Nacional de Cabañeros también es muy variada. En cuanto a las aves, las más comunes soin el águila imperial, la perdiz roja o el buitre negro, mientras que en la tierra, se encuentran ciervos, jabalíes, zorros o la cabra montés.
Si quieres visitar el Parque Nacional de Cabañeros, cualquier época es buena para hacerlo, aunque hay que tener en cuenta que los veranos son muy secos y calurosos y los inviernos son fríos y húmedos.
Puedes visitar Cabañeros por libre, ya que casi todas las rutas se pueden hacer de manera independiente. Hay muchas en la zona, salvo una, la Ruta de la Gargantilla, que es la única para la que sí se necesita un guía.
La Senda de la Torre de Abraham y la Senda de la Colada de Navalrincón son otras dos opciones perfectas para disfrutar de este parque. Y no tiene porqué ser a pie, ya que hay rutas 4x4 y sendas ciclistas.
Además, si las haces podrás conocer algunos restos que datan incluso de la Edad de Bronce, y la necrópolis de Malamoneda entre otros espacios.
Por último, y como curiosidad del Parque Nacional de Cabañeros, su nombre viene dado por las antiguas chozas en las que vivían los habitantes de la zona, que eran con techo de matorral y paja y su forma era cónica. Todavía hoy se pueden observar.
¿Te apuntas a descubrir más secretos del Parque Nacional de Cabañeros?