Este pequeño pueblo lleva el nombre del valle en el que está ubicado: Bielsa. Es un municipio de Huesca con estilo pirenaico que tiene el ambiente perfecto para esa escapadita de turismo rural que tanto te apetece.
El pueblo nace de la confluencia entre los ríos Barrosa y Cinca. Gracias a su localización siempre ha sido un sitio rico en pastos que ha beneficiado sobre todo al sector ganadero, y ha podido ir creciendo en torno a la vega de los ríos. Su centro neurálgico yace en el Ayuntamiento, un edificio que conserva una fachada renacentista del siglo XVI.
En el interior del mismo podremos ver el Museo Etnológico de Bielsa. Lo interesante de este es la exposición dedicada a la Bolsa de Bielsa, un episodio de la guerra civil en el que la villa fue bombardeada —y posteriormente reconstruida, claro —.
¿Y adónde puedes ir ahora? Bueno, Bielsa es un pueblo pequeño así que no es mala idea ir dando un paseo para verlo todo. Destacamos un par de edificios religiosos, que son la iglesia de Javierre, en el que se guarda un retablo del siglo XV, y bajando hacia la Plaza de la Iglesia encontraremos la de Nuestra Señora de la Asunción.
Una vez fuera, podrás comprobar que el límite del pueblo está desdibujado y se empieza a entremezclar con los paisajes verdes del valle de Pineta, en el que hay un lujoso Parador Nacional en el que puedes pernoctar.
Pineta es uno de los cuatro valles en los que se divide el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido. ¿Qué es esto? Un espacio protegido del territorio aragonés, y el segundo parque natural más antiguo de España. Es el sitio perfecto para practicar algunas actividades o deportes al aire libre, especialmente BTT o senderismo. Te recomendamos la ruta 89 por el entorno de Bielsa, y la número 80, que es un camino al collado del Añisclo.
¿Nos estamos dejando algo? ¡Ah, claro! Puedes plantarte en Francia con facilidad cruzando el túnel de Bielsa, que atraviesa los Pirineos y va a dar directamente al país vecino. Y dicen que el camino más corto no es el más fácil…
Eso sí, antes de ir de acá para allá, recupera energías comiendo en una de las posadas del pueblo. En este ambiente alpino y frío nada entra mejor que una sopa belsetana, que es una especie de caldo con albóndigas, seguida de un millazo de Bielsa, una torta azucarada de mijo y aceite. Y no te preocupes, no te hará falta aprender a hablar belsetán para hacerte entender con el pedido.
Si eres una persona algo más marchosa te estarás preguntando: ¿hay algún evento entretenido en este pueblo? La respuesta es sí: el Carnaval de Bielsa. Es una festividad que se celebra el fin de semana antes de Cuaresma y ha sido reconocido internacionalmente gracias a los personajes característicos del evento: las madamas, las trangas, y el onso y su domador.
Pequeño pero lleno de color y tradición, Bielsa es uno de esos pueblos que merecen visita obligatoria si planeas unas vacaciones en el ambiente rural aragonés. ¡Haz las maletas y vive la experiencia alpina!