Muchos conocemos la marca de agua, pero pocos sabemos qué hay dentro del pueblo de Lanjaón, situado en la Alpujarra granadina de Andalucía, donde puedes pasar unos agradables días de vacaciones, disfrutando de una experiencia de turismo rural.
Es una de las localidades que hacen de puerta de bienvenida al parque natural de Sierra Nevada.
¿Qué es este parque? Es una pequeña cadena montañosa considerada espacio protegido, que engloba buena parte del territorio de Andalucía. Está lleno de espacios verdes como el bosque de Tello, por el que hay unas cuantas rutas de senderismo abiertas. Aunque se quemó en 2005, aún rebosa de vida verde y pequeñas cascadas que discurren hasta llegar a nuestro destino: Lanjarón.
¿Qué puedo ver en el pueblo? ¡Nos gusta ese interés! Pues desde un mirador en las afueras puedes apreciar los restos del “castillo de los moros”, como llaman los lugareños a la fortaleza árabe en lo alto de un cerro.
Acercándonos al interior podremos encontrar el Museo de la Miel, situado en una finca de unos 18.000 m2 en el que podrás aprender sobre el mundo apícola de forma interactiva. Un centro aún más relevante es el Museo del Agua, que consta de cuatro salas con medios audiovisuales que explican la historia, usos del agua, etc. Una vez conociendo todo sobre este valioso recurso, puedes probar a hacer la Ruta del Agua parando por las diferentes fuentes de agua potable del pueblo.
Si te has cansado de tanto caminar de aquí para allá, puedes probar los terapéuticos baños del balneario de Lanjarón, edificio de estilo neomudéjar que a día de hoy es un hotel. Será por estos lujos que Lanjarón se considera uno de los municipios más longevos del mundo…
Una vez has recuperado un poco las fuerzas, es hora de ir al centro del pueblo: la Plaza de la Constitución. Aquí se encuentra la sede del Ayuntamiento y un monumento llamado Fuente Viva. Además, podrás observar una de las esculturas de la Ruta de los Cañones, que cuenta con tres de estos repartidos por Lanjarón.
Dejando atrás este lugar, puedes dirigirte al barrio Hondillo, en el que están las calles principales de la localidad, así como muchos comercios tradicionales: ultramarinos, fruterías, etc. Seguramente pases por delante de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, de estilo gótico-renacentista, construida a finales del siglo XV. Y puedes acabar tu recorrido en la apacible placeta de Santa Ana, rodeada de las típicas casas alpujarreñas que proyectan una agradable sombra bajo la que poder quedarse.
¿Y qué hay de comer? Sabíamos que te harías esta pregunta. En Lanjarón la especialidad son los guisos como la sopa de almendras, o las costillas con calabaza y setas. Y de postre, puedes probar sus dulces tortas de higos secos.
En cuanto a festividades tradicionales, hay que destacar las fiestas de San Juan del 24 de junio. Es curioso, porque en lugar de seguir la costumbre de saltar las hogueras, allí se celebra una Fiesta del Agua, en la que la misma se tira desde balcones y azoteas para bañar a todo aquel que esté esperando en la calle.
Ahora que sabes más sobre Lanjarón y sus aguas, esperamos que no te resistas a la oportunidad de ir y pasar unos días haciendo turismo rural por esos lares.