Un balcón frente al mar nos recibe en Moya, un rincón canario donde la arquitectura tradicional y el turismo rural se unen para ofrecer una experiencia inolvidable.
La más de la mitad de su territorio está sentado sobre espacios naturales protegidos como el Parque Rural de Doramas, el Paisaje Protegido de Cumbres, el Monumento Natural de Montañón Negro o sus tres reservas naturales: la de Azuaje, Barranco Oscuro y Los Tilos, esta última uno de los reductos de laurisilva canaria en la isla.
También hay espacios de costa muy bonitos como la Playa de la Caleta, un reclamo para surfistas, o las piscinas naturales del Charco de San Lorenzo.
Su historia se entrelaza con el patrimonio, y es que, yacimientos arqueológicos tan importantes como el de la Cueva de Doramas o el de la Montañeta, forman parte de sus bienes históricos.
¿Te apetece saber qué puedes ver en Moya? Paseando por su casco urbano, sobre el abrupto Barranco de Moya, sobresale la estampa de la Iglesia de la Nuestra Señora de la Candelaria, un edificio que impresiona por su estructura, con dos torres anexadas y un bonito rosetón en la fachada principal.
Detrás de la iglesia, te recomendamos que no te pierdas las vistas desde su mirador, donde se puede contemplar una vista impresionante del Barranco, en este caso, de Azuaje.
Otra construcción religiosa dentro del municipio es la Ermita de Fontanales, de arquitectura tradicional, levantada a finales del siglo XIX.
Además, otras construcciones singulares son la Casa Museo de Tomás Morales, donde nació el poeta y en donde se expone una amplia colección de sus documentos, así como pinturas destacadas del Modernismo español, o la Heredad de las Aguas, cuya principal característica es estar realizada con piedra basáltica.
En el barrio de El Roque podemos pasear por sus calles, repletas de cantoneras, molinos, acueductos eras o pozos, que constituyen un auténtico patrimonio etnológico al aire libre, donde cabe destacar el Molino de Gofio, uno de los pocos que siguen activos en la zona, moliendo diversos cereales para obtener la harina.
Y ahora, ¿qué tenemos para comer en Moya? Las carnes o pescados son la base de la gastronomía, especialmente las carnes a la brasa, pero también dejando espacio para los potajes y caldos donde el ñame, un tubérculo parecido a la patata, es un ingrediente indispensable.
El paladar lo podemos endulzar con postres tan sabrosos como el bizcocho lustrado, bollos de anís, roscos de limón o trucha canaria, que no se debe confundir con el pescado.
La artesanía es uno de los pilares de la economía en Moya, ofreciendo a los visitantes gran variedad de productos hechos totalmente a mano, además de ofrecer visitas a los talleres donde se puede ver en vivo su fabricación, entre los que destacan mayormente perfumes, jabones y otros productos cosméticos, elaborados a partir de ingredientes naturales que se pueden recoger en la zona.
Sin embargo, cada vez más, se abre paso el turismo en este municipio, y es que el encanto de este pueblo es ideal para disfrutar de una experiencia con el turismo rural.