Olot, capital de la comarca de la Garrotxa, es un lugar donde disfrutar del turismo rural que se conjuga con un espectacular paisaje natural donde los protagonistas son los volcanes.
Y es que, además, de situarse a orillas del río Fluvià, se encuentra dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
Este parque cuenta con un un conjunto de más de 30 volcanes, aunque, no hay de qué preocuparse, pues están inactivos.
¿Sabías que Olot cuenta con cuatro de esos volcanes? Sus nombre son el Bisaroques, el Garrinada, junto con otros dos que se pueden visitar: el Montolivet y el Montsacopa, este último a unos 10 minutos del centro urbano, al que se llega atravesando las calles mientras se sigue la señalización.
En el camino se encuentran dos antiguos torreones de vigilancia del siglo XIX conocidas como Torres de Sant Francesc, además de la ermita homónima, que alberga una pequeña capilla.
¿Quieres conocer su origen y patrimonio? Pues a pesar de que se trata de una antigua villa medieval, pocos vestigios quedan de la época, puesto que en el siglo XV se sucedieron varios terremotos, derivados de la actividad volcánica, destruyendo gran parte de ese patrimonio.
Aún así, a día de hoy se mantienen en pie algunos ejemplos de esta época como son el Convento del Carme, levantando en el siglo XVI en torno a un impresionante claustro, siendo, actualmente, la sede la Escuela de Artes y Oficios de Olot.
Otro edificio medieval y Bien de Interés Cultural es la Iglesia de San Esteve, construida sobre una estructura románica del siglo XII, se va modificando hasta el XVIII con elementos de estilo neoclásico.
Si adelantamos un poco más en el tiempo, podemos trazar una ruta por los edificios modernistas que se reparten por el casco urbano. Entre algunos de los ejemplos, están la Casa Gassiot, la Casa Solà Morales o la Casa Gaietà-Vila.
También Olot tiene en su patrimonio casas solariegas la Casa Museo Can Trincheria, que ejemplifica la vida de la gente acomodada en el siglo XVIII, y si nos vamos hasta a las afueras, encontraremos Mas Ventós dentro del parque natural de la Garrotxa.
Olot también cuenta con una faceta artística y cultural donde todo tipo de expresiones artísticas como pinturas o esculturas se exponen en el Museo de la Garrotxa.
Tras tanto trasiego visitando su patrimonio ¿qué te parece un alto en el camino para comer?
Aunque Olot cuenta con muchos platos populares, aquí quien se lleva la palma es lo que se conoce como cocina volcánica, y es que una tierra tan fértil provee a esta localidad de un gran surtido de productos de la huerta.
Uno de sus platos más destacados podrás degustar las patatas de Olot, rellenas de carne, que, posteriormente se fríen.
¿Y sus gentes a qué se dedican? Aunque aún hay una parte que proviene de la agricultura y la industria, especialmente, la textil, el sector de los servicios es el principal motor de la economía, pues cuenta con una amplia oferta hotelera y de turismo rural que brindan alojamiento para todos los gustos.