Te damos la bienvenida a una de las comarcas más interesantes de Cataluña y de España. Hablamos de la Garrocha, o en catalán la Garrotxa, un rincón ubicado al norte de Girona en el que destaca el verde de su territorio que está compuesto de alguno de los volcanes más impresionantes.
De hecho, la Garrotxa es la zona de Cataluña en la que mayor número de volcanes hay en la Península, una vista sorprendente en la que vas a poder perderte gracias a la gran cantidad de actividades que tiene la comarca.
La capital de la comarca es Olot, una población que se ha reinventado gracias a la afluencia de turismo que suscitaba el hecho de tener una zona volcánica que en este caso era la Zona Volcánica de la Garrotxa, considerada como Parque Natural desde el año 1982.
Podrás imaginar la variedad de este terreno y su perfil que forma parte de los Pirineos orientales donde podrás ver más de 40 volcanes que, para tu tranquilidad, están inactivos pero de los que las lenguas de lava han dejado su marca personal.
¿Qué puedo hacer en la Garrotxa?
Una de las visitas estrella en la comarca es la de la Frageda d'en Jordà, que es un extenso hayedo sobre la lava del Volcán Croscat, por el que además podrás pasear contemplando un espectacular paisaje dunar. Éste es uno de los más importantes pero no el único, y es que el Volcán Montascopa es otro de los puntos que más turismo atraen, por su espectacularidad y por el hecho de estar situado también cerca del casco histórico.
Aquí todo gira en torno a los volcanes, y su patrimonio no iba a ser menos, por eso te recomendamos visitar la ermita del Volcán de Santa Margarida. Como lo lees. Una ermita en el centro de un cráter volcánico.
No obstante también merece la pena acercarse hasta los pueblos emblemáticos y hacer una parada en ellos descubriendo su patrimonio y su naturaleza. Entre los más destacables nos encontramos con Besalú, un auténtico pueblo medieval en el que visitar el Puente Viejo que salva el río Fluvià o la Colegiata de Santa María.
Santa Pau, en pleno corazón del Parque Natural de la Garrotxa es otro de esos pueblos que te transportan a la Edad Media, con sus calles empedradas y sus vistas a los volcanes y al valle pero siempre sin olvidar Castellfollit de la Roca, uno de los más curiosos ya que se encuentra al filo de un risco volcánico con 50 metros de altitud. Sin duda, una visita no apta para aquellos que tienen vértigo porque las vistas son impresionantes.
Y si quieres disfrutar de una vista general de todo el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, nada como subir hasta el mirador de Puig Rodó, a casi 1.000 metros de altura y ubicado en la zona de Xenacs.
Para terminar, no puedes irte de la Garrotxa sin disfrutar de su gastronomía, conocida como gastronomía volcánica.
Se compone de carnes y embutidos, aunque los productos vegetales también tienen gran importancia en su recetario. Los vinos y dulces típicos como por ejemplo los hojaldres, hacen las delicias de todo aquel que los prueba.