El Molino de Foz Calanda

Ubicada en el pequeño pueblo de Foz Calanda, esta casa rural es ideal para pasar un fin de semana en el campo con la familia o los amigos disfrutando del magnífico entorno que rodea a este tranquilo lugar.

La casa es una edificación antigua de piedra y madera en la que aún se conserva el molino de aceite y cereal, así como los suelos originales de baldosa hidráulica que le dan a la vivienda un encanto particular.

Esta casa puede albergar hasta 9 personas y se divide en las siguientes estancias:

• 5 dormitorios, 2 de ellos con 2 camas individuales y los otros 3 amueblados con una cama individual cada uno. Además, se pueden añadir hasta 2 camas supletorias que amplian la capacidad de la casa.

• 2 cuartos de baño, ambos equipados con secador, toallas y jabón de manos para comodidad de los huéspedes.

• Una cocina completamente equipada con todo lo necesario para que los huéspedes puedan realizar con comodidad las tareas domésticas. Entre estos aparatos se incluye una lavadora para facilitar la colada.

• Un salón-comedor para relajarse y descansar frente a la televisión tras un día de visitas y excursiones por el entorno.

• Una amplia terraza amueblada en la que disfrutar de desayunos y comidas al aire libre mientras se contemplan las vistas al entorno.

• Un horno de leña antiguo aún en funcionamiento que permitirá a los huéspedes realizar suculentos asados, así como calentar la casa.

• Una cochera para poder aparcar el coche con facilidad y sin problemas.

Con población de 299 habitantes, la localidad turolense de Foz-Calanda es una de las pequeñas poblaciones situadas al este de la provincia. En torno a este pueblo se han encontrado numerosos signos que muestran la existencia de asentamientos íberos en esta zona. A las afueras de este pueblo se encuentra la Val de la Piedra, un valle rocoso por donde pueden realizarse diversas excursiones.

Muy cerca de esta localidad se encuentra Alcañiz, la capital de la comarca del Bajo Aragón. En esta ciudad se pueden encontrar puntos de interés como la iglesia de Santa María la Mayor, una colegiata antigua con fachada barroca del siglo XVIII, o numerosas casonas palaciegas del siglo XVIII con fachadas del renacimiento tardío que hacen que el casco histórico tenga un color especial.

A las afueras de esta ciudad se encuentra Motorland, una ciudad dedicada al motor que tiene varios circuitos para los coches, entre los que se encuentran un autódromo y un circuito de karts. No muy lejos está la Val del Charco del Agua Amarga, donde se conservan varias pinturas rupestres que están declaradas patrimonio de la humanidad.