Casa Rural El Olivo

En el castizo municipio cacereño de Guijo de Granadilla se encuentra un alojamiento creado para ser el lugar donde la tranquilidad y el sosiego formen parte de la vida diaria de sus visitantes.

Acorde con el entorno que lo rodea, decidimos escoger materiales de calidad, que a su vez respetaran el medioambiente. Si nos visitan encontrarán una vivienda en la que el granito, la madera y el ladrillo de barro son los materiales protagonistas utilizados para su construcción.

Unas vacaciones en familia en las que podrán acompañarles la mascota, pues la casa además de tener capacidad para 4 personas dispone de una gran extensión de campo y vegetación en los alredederos ideal para el ocio y esparcimiento.

Son 2 los dormitorios de la vivienda. Ambos con camas de matrimonio, muy luminosos y situados en la planta superior. Estancias rústicas y acogedoras, con una decoración en forja y madera en la que no falta el detalle de la mosquitera, los cojines o las tulipas de crital. Sin salir de las habitaciones se encuentran los cuartos de baño, espacios que combinan el azulejo y la piedra y que disponen de todo lo necesario para una mayor comodidad durante la estancia.

La planta baja es un espacio para la cocina y el salón. Tampoco falta la mesa de comedor y la chimenea, haciendo de éste el lugar preferido para pasar entretenidas tardes de invierno.


La terraza cubierta en la planta superior está pensada y equipada para disfrutar del único espacio al aire libre de la vivienda.

El Guijo, en plena Comarca de Tierras de Granadilla ofrece un sinfín de posibilidades turísticas para quienes les guste disfrutar del entorno natural extremeño.

En el pueblo podréis visitar la que fue la casa del poeta Gabriel Galán ahora convertida en museo. La iglesia y la ermita de Santa Ana, así como el antiguo lavadero son algunos de los lugares de interés.

Agradable es el paseo por Las Peñas, para ver el transcurrir del río Alagón, proximo a la casa y cuyo cauce es controlado en el embalse Gabriel y Galán.  

Tierra dedicada al cultivo, donde predominan los campos de olivos y en la que no podía faltar la aceituna típica en la mesa, la tradicional manzanilla cacereña.