Can Soler II

Se trata de una Masía catalana ubicada en las proximidades del municipio gironés de Porqueres, en el interior de la comarca de Pla de l'Estany. Se construyó en el siglo XVII y cientos de años después decidimos restaurarla conservando cuidadosamente su estructura inicial.

Rodeada de bosque mediterráneo, la distribución de sus espacios se pensó respetando todo lo posible el entorno. Todos ellos favorecen un ambiente cálido y confortable tanto dentro como fuera, que ha sido posible gracias a la incorporación del mejor equipamiento.

Si algo caracteriza la fachada son sus gruesos muros de piedra y con grandes ventanales desde donde se divisa un extenso jardín.

Quisimos crear un espacio adaptado a público de todas las edades, que es de uso compartido para los huéspedes de las 4 viviendas, es por ello que decidimos incorporar una piscina con tobogán que hará las delicias de los más pequeños así como una zona de columpios. Mientras, los mayores podrán tomar el sol en las tumbonas o preparar el almuerzo en la zona habilitada para la barbacoa. Al contar con tanto espacio exterior la Masía también cuenta con mesas de piedra repartidas por el césped donde la lectura y las vistas resultarán de los más agradable.

Muchas son las alternativas de ocio que ofrecemos en nuestro complejo de 4 viviendas, pues además de los espacios de recreo exteriores comunes, la vivienda cuenta con una sala compartida equipada con mesa de ping pong, billar, futbolín y hasta una zona especialmente creada y equipada para el entretenimiento de los más pequeños.


En el interior de la vivienda, privada e independiente, se encuentran:


Las zonas comunes se distribuyen en un mismo espacio alargado en el que hay lugar para la cocina, una mesa de comedor de grandes dimensiones situada en el centro y la zona de estar. Techos con vigas de madera y sofás de gran capacidad la convierten en un rincón acogedor en el que también tiene cabida la chimenea de leña.

Modernidad y tradición se funden en los 2 cuartos de baño, espacios completamente equipados, donde la mampara de la ducha de uno de ellos se construyó con bloques de vidrio ondulados. Con una capacidad para unas 10 personas la casa cuenta con 2 dormitorios cuádruples y un tercero con cama de matrimonio. Todos ellos de gran tamaño y con una decoración sencilla pero muy cuidada.

Disfrutar de largos y apacibles paseos por los alrededores es posible ya que la vivienda está rodeada de espacios naturales por los que perderse. A pocos metros se encuentra la Iglesia Románica de St. Quirze y próxima a ella una de las fuentes más reconocidas de la comarca con agua potable y de muy buena calidad, la del Merlant. Las mejores vistas de la zona se contemplan desde el Mirador del Valle de Sant Miquel.

Si tenéis pensado visitar el pueblo de Banyoles no os perdáis su lago, uno de los más grandes de Cataluña. Un lugar con encanto ideal para tomar el sol en la orilla, dar un paseo en barca o contemplar el atardecer. 

Viajar en el tiempo es posible en Besalú, una ciudad medieval cuyo puente romano y barrio judío merecen la pena visitar.

Un poco más alejada se encuentra Girona. De la capital destacan sus baños árabes así como su estampa de las casas de colores que bordean el río Oñar y que recuerdan por su parecido a la ciudad italiana de Venecia.