Calamora

En el corazón de la alicantina Orba, rodeada de todo tipo de servicios de restauración, encontramos esta acogedora casa, de estilo típico valenciano, reformada sin perder un ápice de su encanto rural y amueblada sin negar las comodidades contemporáneas.

Los azulejos a la izquierda de la puerta de dinteles de ladrillo dan la bienvenida a la casa Calamora.

Hasta 4 personas pueden alojarse aquí y disfrutar de su ambiente hogareño, repartidas entre las 2 habitaciones que nos ofrece; ambos dormitorios son exteriores, cada uno con un discreto balcón con puertas de madera de doble batiente, desde los que se pueden contemplar los jardines exteriores, y a través de los cuales entra una luz nítida que abarca toda la estancia. En uno y otro cuarto encontramos armarios empotrados amplios y de calidad.

Al pie de las escaleras, cerca de la entrada de la casa, el comedor, con una mesa redonda y 4 sillas, todo ello enfrente de una chimenea coronada por un espejo sin marco en el que reflejar cada comida disfrutada en la sala.

Anexo al comedor, y accesible a través de dos arcos sin puerta, un modesto salón ofrece recogimiento para disfrutar de la lectura o la televisión, acompañada de un reproductor de DVD y CD, o juegos de mesa si se prefiere, bien ocupando el sofá de armazón de madera o el sillón de igual factura; el azul de la tapicería da una nota casi marítima a esta casa, no muy lejana a la costa. Las vigas de madera rompen con la pintura blanca de las paredes, sin desentonar con el resto del mobiliario y el sabor rústico del hogar.

En el entresuelo de la casa tenemos una pequeña estancia con un luminoso balcón, donde uno puede relajarse en compañía de las montañas lejanas que se observan desde él, sentado en una de las sillas de forja, solo o acompañado por otra persona o un buen libro.
 
La cocina rodea al visitante una vez este entra en ella, de forma que la encimera oscura ofrece toda su superficie alrededor del cocinero para hacer mejor uso de ella. Completamente equipada, no escatima en equipamiento y no le falta un microondas, horno, fogones de gas, lavavajillas, nevera con congelador, tostador, pileta con grifo de filtro de cerámica para beber agua directamente de ella, y una amplia variedad de espacios de almacenaje entre cajones, estanterías y aparadores.

Como en esta casa no podía faltar nada, también el baño está completamente equipado, y no le falta ducha ni bidé, así como varias estanterías para colgar las toallas. Una luz enfoca desde encima del espejo del lavabo, y la mayor parte proviene de una amplia ventana, cubierta con una cortinilla blanca.

En la casa, la luz del blanco y la calidez del marrón son los colores dominantes. Todas las estancias gozan de luz natural que se refleja en las paredes y el suelo de azulejo, y que viene filtrada a través de hojas de los árboles y los parterres de los jardines.

Orba acoge a visitantes de diversas naciones y comparte con ellos su tradición valenciana. Alrededor de la casa que se nos presenta, encontramos un amplio repertorio de bares, restaurantes y cafeterías en los que hacer parada, bien para desayunar o hacer una comida. 

La iglesia del pueblo se puede ver desde las ventanas delanteras de casa Calamora. La piscina local no queda lejos, pero también se puede optar por el mar, a tan solo 20 minutos de la zona; no son pocas las actividades acuáticas que ofrece: pesca, paseo en barco, vela, surf y windsurf, buceo, barranquismo y motos de agua, todo ello al alcance del huésped. 

Los paisajes terrestres y sus actividades no se quedan atrás, al estar tan cerca las montañas y rodeado todo el pueblo de vergel. Se organizan actividades de paintball y multiaventura, así como rutas de senderismo-trekking, bicicleta de montaña y quads. Para algo más tranquilo, también hay pistas de golf y zonas para practicar otras actividades deportivas.

No faltan los servicios de acompañamiento programados, en grupo o individuales, así como talleres manuales de "Pintura de Sucarrats" y actividades de salud y equilibrio mental. También puede el huésped apuntarse a una recogida de hierbas silvestres, aceitunas, cerezas o naranjas según la temporada.

Fuera de la localidad, pero también de interés la Ciudad de las Artes y las Ciencias y el Bioparc quedan a apenas 60 minutos, al igual que Alicante; el Aquópolis de Cullera, a tan solo 40 minutos, en caso de que las actividades acuáticas deportivas no sean suficiente;  el santuario de animales Arca de Noé.