Los pueblos y municipios de la provincia de Cádiz son conocidos por su gran valor natural, y la esencia de las antiguas comunidades pobladoras, y prueba de ello es lo que ocurre en el municipio andaluz de El Gastor, del que te descubrimos algo más.
Se encuentra en un paraje espectacular, enclavado entre dos ríos que dejan un paisaje natural excepcional. Son el Guadalete y el Guadalporcún, en la parte nororiental de Cádiz.
Si no te suena su nombre, quizás lo reconozcas como el Balcón de los Pueblos Blancos, que es como se conoce comúnmente por su ubicación y vistas desde el Pico Lagarín, en el que la panorámica es espectacular.
A casi 600 metros de altitud, y más de 100 kilómetros de distancia con la capital de la provincia, se estructura como uno de los emplazamientos más adecuados para el turismo rural, y para desconectar en un ambiente lleno de magia.
Su casco urbano recoge el patrimonio de esta localidad en la que te quedarás con la boca desde que pongas un pie en ella.
Te proponemos comenzar la ruta en uno de sus emblemas: el Dolmen del Gigante, que además de descubrirte parte de su patrimonio natural, te enseñará el patrimonio histórico, ya que data de la Edad de Cobre.
Visitar este lugar es tener una cita con la Prehistoria. Es descubrir la tumba megalítica de mayor tamaño de la provincia.
Otros lugares que forman parte de la esencia de El Gastor son la iglesia de San José, de la segunda mitad del siglo XVIII, que es una de las mejores muestras de la arquitectura religiosa.
Por su parte, el Molino del Aceite es otro de los emblemas de la población, y aunque en la actualidad ha cesado su actividad, se encuentra perfectamente conservado, por lo que podrás imaginar a la perfección su funcionamiento.
Lo que seguro no tendrás que imaginar, es la historia de El Gastor, que está plasmada a través de instrumentos y referencias de las tradiciones de la villa, en el Museo de Uso y Costumbres.
Como lugares curiosos, perfectos para visitar especialmente si viajas en familia, destacamos dos cuevas.
Por un lado, la Cueva de Fariña es una de las más atractivas para los más pequeños de la casa, que pueden disfrutar de lo que fue el escondite de bandoleros que merodeaban por la zona. Además, hay restos prehistóricos en una de las salas de la cueva, que muestra restos de artilugios hechos con sílex.
La segunda opción es disfrutar bajo tierra de la naturaleza más pura. Esto es posible en la Cueva del Susto, una de las principales atracciones en las que pasear por las galerías que muestran estalactitas.
Como muestra principal de la gastronomía de la zona, destacamos el pollo campero, el clásico guisote y las sopas pegás, que son referentes de su cocina.
¡Una gran oferta, para una gran experiencia de turismo rural en El Gastor!