Bekoa de Arteta Landetxea

Esta casa rural está situada en el pequeño pueblo de Arteta, dentro de Navarra y a su vez, situado a los pies de la Sierra de Andía.

Esta casa es de reciente construcción, aunque sigue la arquitectura tradicional, con la particularidad de que está edificada con materiales ecológicos y locales, poniendo especial cuidado para que no sean perjudiciales para la salud.

Todas sus estancias transmiten la calma y armonía, unas cualidades de las que podrán disfrutar un máximo de 9 personas, durmiendo una de ellas en cama supletoria.

Las 2 plantas en las que se estructura, reparten las siguientes estancias:

• 4 habitaciones dobles, una de ellas situada en la planta baja y las otras 3 situadas en la primera planta. Las habitaciones del piso superior tienen acceso a la galería frontal.

• 2 baños completos, uno situado en la planta baja y el otro en la superior para dar así servicio a los dormitorios de todas las plantas.

• Una sala de lectura situada en la planta superior con juegos de mesa para divertirse en familia y acceso a la galería para contemplar las vistas.

• Una cocina-comedor completamente equipada con todo lo necesario para hacer del cocinar un placer, incluida una antigua cocina de leña para que los guisos tengan un sabor tradicional.

• Un salón para relajarse y descansar viendo una película al abrigo de la chimenea de leña.

• Un jardín con un césped muy cuidado y con tumbonas para tomar el sol y muebles en los que realizar comidas al aire libre o consumir productos asados en la barbacoa.

Además, la casa tiene calefacción en todas las habitaciones para terminar de hacer este espacio todo lo acogedor posible de forma que invite al descanso y sea posible disfrutar en él de unos agradables días de vacaciones.

Arteta es un tranquilo pueblo navarro de 54 habitantes que destaca por tener el Museo Etnográfico del Reino de Pamplona. Este museo contiene bienes y aparatos relacionados con la fabricación del vino que datan desde el medievo hasta la década de 1940, momento en el que aparecieron las máquinas automáticas. Estos aparatos representan los modos de vida, la artesanía, los juegos y las vestimentas tradicionales.

En este pueblo también pueden visitarse las Saleras, salpicadas de eras dónde se deja reposar el agua para conseguir la sal mediante evaporación. Una vez evaporada el agua, la sal se amontona en montañas para protegerla de las inclemencias del tiempo y de hojas e insectos y para terminar el secado.

Siguiendo un sendero que transcurre cerca de las saleras se llega al Nacedero del Arteta, un manantial que surge de los ríos subterráneos que transcurren por la sierra de Andía. En el nacedero está el centro de interpretación del agua que explica cómo y de donde nace este río. Más allá del manantial puede verse la Cascada de Artazul, aunque si llueve fuertemente es posible que la pista se encuentre inundada.