¿Quieres disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad en la provincia de Ávila? Entonces nada como viajar hasta el municipio de Burgohondo, donde seguro encontrarás un alojamiento rural que te haga sentir como en casa, y en el que descansar después de hacer turismo por la zona.
Pero Burgohondo no es únicamente un espacio en el que pasar unos días y ya está. Burgohondo es el lugar perfecto para descubrir la magia que surge cuando se unen naturaleza y patrimonio en un mismo territorio.
Queremos que conozcas a fondo la zona. Sus espacios verdes, que tienen muchísima importancia, y los puntos que te harán viajar a través del tiempo en forma de monumentos y construcciones tradicionales. Si te apuntas a conocer Burgohondo, no dejes de leer.
Para los amantes de la naturaleza es una auténtica joya natural situado en el Valle del Alto Alberche y protegido por dos de las sierras más importantes de la provincia: la de Gredos y Paramera. Un escenario ideal para comenzar las vacaciones. Además, el paso del río Alberche deja a su paso rincones con mucho encanto, y vegetación típica de la zona así como espacios de recreo perfectos para una jornada de ocio.
Si viajas en la época de verano, te encantará saber que hay algunos lugares de baño como es el caso de Puente del Arco o la Playita, rincones en los que sofocar los calores estivales, y refrescarte tranquilamente.
Pero no son las únicas actividades que se pueden hacer, y es que el descenso en piragua o la pesca son otros de los deportes que permite practicar el abundante curso del Alberche.
Y como destino completo que es Burgohondo, en su casco urbano vas a poder disfrutar de puntos como la Abadía de Burgohondo, uno de los referentes culturales para el municipio. Es Monumento Histórico Artístico y tiene mezcla de algunas corrientes como la románica, mudéjar y renacentista en su torre. Te recomendamos que eches un vistazo a la iglesia y su claustro.
Además, hay dos ermitas: la de San Roque y la de Los Judíos, y una de las construcciones de la que más orgullosos se sienten los vecinos de Burgohondo: El Zaire, un edificio levantado por los propios habitantes del municipio en los años 50.
Para hacer un viaje en el tiempo y disfrutar al mismo tiempo de las vistas, nada como conocer los famosos caseríos de Las Umbrías, que son construcciones repartidas por los alrededores de la población donde habitaban antiguamente los vecinos.
Y como cualquier viaje, hay que ponerle la guinda, y en este caso disfrutar de su gastronomía es toda una experiencia. Burgohondo tiene platos típicos de la zona, y algunos otros que comparte con el resto de la provincia.
Sentarse a la mesa en este municipio conlleva probar sus famosas patatas revolconas, los pipos con chorizo, el cocido o las sopas de ajo. Cada receta lleva consigo la tradición en forma de productos derivados de la matanza como los chorizos o las morcillas, que en este caso también se hacen de calabaza, y tocinos.
Por supuesto, habrá que dejar hueco a los postres, cada uno a su tiempo. En Navidad, las torrijas; en Semana Santa, las rosquillas, los pueblos a base de melocotón (la fruta más típica) durante los meses de verano.
Seguro que ya te han entrado ganas de conocer Burgohondo, ¿verdad?