Abriendo las puertas del Principado de Asturias nos encontramos con uno de los territorios con más encanto: Villaviciosa, que se conoce como Capital Manzanera por la gran cantidad de manzanos que crecen en sus tierras y que dan como resultado una de sus bebidas típicas, la sidra.
Es capital del concejo del mismo nombre, y ¿sabías que aquí se encuentra la ría más grande de todo el Principado? Un paraje bastante concurrido por los amantes de la fauna para los que el avistamiento de aves se ve favorecido por este territorio.
Si tu plan es algo más tranquilo, hay muchos turistas atraídos por su costa, donde destacamos el Cantábrico y en la que vas a poder tumbarte en cualquiera de sus playas. ¿Y para los aventureros? Su destino fetiche, especialmente para los amantes del surf es la Playa de Rodiles, una de las más impresionantes que tiene la costa de Cantabria.
Como no podía ser de otra manera, Villaviciosa forma parte de la Comarca de la Sidra donde el turismo rural es uno de los motores económicos. Un paseo por su entramado te hará disfrutar de las numerosas plantaciones de manzanos y bodegas en las que parar para probar un poco de sidra.
En torno a esta bebida existe toda una cultura, teniendo incluso el Festival de la Sidra, que es Fiesta de Interés Turístico Regional.
Pero no es la única referencia de su gastronomía, y es que en esta zona son muy comunes los mariscos y pescados que podrás degustar junto al Puerto de Tazones, un lugar histórico ya que fue aquí donde desembarcó Carlos V la primera vez que llegó a territorio español.
Pero no queremos olvidarnos de otro pilar fundamental para el turismo rural de Villaviciosa: su patrimonio cultural e histórico en el que se hace referencia especialmente a las corrientes románica y prerrománica.
Algunas de las señas claras de este estilo se ven en primer lugar en la iglesia de Santa María de la Oliva o Santa María de Lugás.
Destaca el Conjunto Monumental de Valdediós en el que El Conventín es el mejor ejemplo del Arte Prerrománico de Asturias. Junto a este lugar se encuentra el Monasterio de Santa María de Valdediós, una edificación que podrás visitar para deleitarte con sus tres alturas repletas de arcos.
Para los amantes de la naturaleza y el senderismo, cabe destacar que Villaviciosa es una de esas zonas que tocan el famoso Camino de Santiago, con un recorrido que abarca pueblos como la Aldea de Sietes, que contrasta con lo ya visto en su iglesia, de origen renacentista. Si hay algo que destaque en esta pequeña joya entre naturaleza, son los hórreos y las paneras tan típicas del territorio Asturiano.
Y para poner la guinda al pastel, acabamos con una jornada gastronómica como no encontrarás otra igual, y es que si hablamos del buen comer, en Villaviciosa vas a hartarte.
Sus sabores más famosos los encontrarás en platos como los chorizos a la sidra o el pixín, sin olvidarnos de los quesos y por supuesto, de la joya de la corona: la fabada. No te puedes ir sin probarla.
Guarda sitio para el postre, porque te espera un ríquisimo arroz con leche, o unos frixuelos. ¡Se te hará la boca agua!