Labastida, conocido en euskera como Bastida, es un precioso municipio que forma parte de la provincia de Álava donde vas a poder disfrutar de un vasto patrimonio monumental y un legado histórico del que disfrutar durante el viaje. Forma parte de lo que se conoce como Rioja Alavesa y tiene una amplia oferta turística para tus vacaciones.
Se trata de uno de los destinos más visitados por los turistas precisamente gracias a sus paisajes, su patrimonio y al encanto de sus calles y plazas con olor y sabor a vino, uno de sus productos principales y motor económico.
En cuanto a la población de este municipio del País Vasco, hay más de 1.500 habitantes durante todo el año, aunque en los meses de verano puede llegar hasta los 10.000 habitantes por lo que, a excepción del periodo estival, es un pueblo tranquilo.
¿Qué ver en Labastida? No es un destino de mucha extensión pero cuenta con una gran cantidad de puntos de interés en su casco histórico y también en los alrededores que sorprenden al visitante y que tienen un importante valor patrimonial.
La silueta de este municipio no se dibuja sin su muralla o al menos, sin la parte que queda de ella y que podrás ver en la Calle la Mota Baja. Un pequeño tramo bajo el que además se pueden observar algunas pequeñas cuevas excavadas que en otra época estuvieron habitadas.
Cerca se encuentra la Calle Mayor, que da a la Plaza Mayor y que es el principal punto de reunión de sus habitantes. Aquí se encuentra también el edificio del Ayuntamiento, que es Monumento Nacional y que data del siglo XVIII. Pero la Plaza de la Paz, que es como también conocen los lugareños este espacio, cuenta con otros exponentes del patrimonio como el Palacio de los Salazar y Quintano que tiene hoy en día la Casa de la Cultura.
Junto a la plaza y frente al edificio de la Casa Consistorial se encuentra uno de los principales reclamos: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, levantada entre el siglo XVI y el XVIII y con un interior que guarda auténticas joyas.
Al final de la Calle Mayor se encuentra la que era la puerta de acceso a Vitoria en el Arco de Larrazuria, hecho en piedra y muy ornamentado. Pasear por esta calle te permitirá conocer el Palacio de los Paternina, que tiene la especial peculiaridad de que fue el lugar elegido por Napoleón para pasar dos noches. Data del siglo XVI y se encuentra frente a otro palacio: la Casa Palacio de Garizabal, otra de las joyas que guarda Labastida.
Cualquier rincón de este municipio te garantiza una experiencia única, y de eso se encargan también sus famosos murales. Estas imponentes pinturas decoran las fachadas del pueblo llenándolo de vida y por supuesto, de turistas que, cámara de fotos en mano se disponen a inmortalizar cada rincón. Además, aprovechando que te encuentras en el centro de la población, lo mejor es buscar un lugar donde comer para disfrutar de su espectacular gastronomía.
Por último pero no menos importante, te citamos en una de las zonas más elevadas de Labastida para que disfrutes de la impresionante vista que tiene la ermita del Santo Cristo. Data del siglo XVI y precisamente por su localización, se utilizó como fortaleza.
Desde ese punto vas a poder contemplar el centro. Un centro que en la época festiva se llena de luz y color. ¿Cuándo son las fiestas? Una de las más importantes es la Fiesta de las Reliquias y se celebra en la primera quincena de agosto, contando con un montón de eventos para todos los públicos. Es muy recomendable vivir estas fiestas ya que son un símbolo de la localidad, por lo que te animamos a que reserves un alojamiento para descansar. En todo su terreno podrás disfrutar de las mejores casas rurales de esta zona de La Rioja Alavesa y de apartamentos tipo airbnb.
¿Cómo llegar? Son varias las opciones que tienes ya que es accesible en autobús, tren o coche, aunque la última es la más cómoda y además, te permitirá completar la experiencia conociendo los pueblos que hay cerca.