Opiniones sobre Bungalows La Posada

Una cabaña de apenas 15 m2 para 5 personas adultas, sin climatizar (hacía un calor tremendo), en la zona común no puedes dejar carbón o pastillas de encendido porque el resto de los alojados lo toman "prestado", había animales por debajo de las cabañas.

Todo estupendo, la cabaña súper acogedora y el sitio es de cuento. Los dueños muy atentos nos mandaron por WhatsApp el día de antes las instrucciones de llegada y entrada a la cabaña. Genial, ¡muchas gracias!

Lugar muy lindo y tranquilo para pasar unos días fuera de la ciudad. Tienen áreas con mucha naturaleza. La atención muy amable. El ingreso bien especificado.

Cómo recomendación solo indicaria que tienen 2 perros San Bernardo sueltos y en mí caso como iba con perro, casi no lo pude sacar de la cabaña porque mí perro es de pelear con otros perros.

Es un sitio muy acogedor para descansar, los bungalows de madera están muy chulos. En caso de que haga falta comprar algo hay supermercados cerca de allí.

Experiencia muy gratificante rodeada de naturaleza y muy buena atención por parte de la Posada. Muy recomendable si buscas desconectar.

Buena atención y lugar muy agradable. Sólo especificaría que la puerta del baño del bungalow 3 no cierra bien y que la cocina común tiene sólo en funcionamiento una hornalla de las 4 que hay en la vitrocerámica.

¡Todo genial! Lo único a mejorar es que la cama del Bungalow Urrielu chirría un poco y no es muy cómoda.

Es muy acogedor, muy buen trato y el sitio es muy bonito. Muy recomendado para una escapada en la naturaleza.

El lugar es bonito, agradable y está muy cuidado y limpio. Si te gusta la naturaleza y la montaña, merece la pena. Lo único malo es que la cama del Urriellu es algo incómoda y suena mucho. La cocina y el baño están fuera y es compartido pero no tuvimos nunca que esperar y está muy limpio. Recomendable.

¡El sitio de cuento! ¡Es precioso! Quedamos encantados.

Las únicas observaciones negativas son que el baño está fuera del Bungalow (lo bueno que por lo menos es privado) y que la cama (del Uriellu) sonaba muchísimo. Apenas se podía mover uno, te despertabas del sonido.