La primavera podría decirse que es la época del año en la que mejor disfrutamos de paisajes únicos y naturales debido a la floración de muchas de sus especies, que nos permiten desconectar entre los colores más asombrosos y en espacios naturales espectaculares.
Por eso, y como hay que planear las vacaciones con tiempo, te vamos a proponer 15 destinos en los que toda esa naturaleza es el telón de fondo, donde disfrutar al máximo de la tranquilidad y en los que vas a poder hacer turismo rural a fondo.
Si quieres conoceros todos, no dejes de leer porque te los enseñamos ahora mismo.
Alquézar, Huesca
Atrapado en el tiempo y con aire inequívocamente medieval, Alquézar ofrece unas vistas impresionantes desde su Colegiata de Santa María la Mayor, una fortificación de origen árabe del siglo IX. Pero si lo que quieres es disfrutar de la villa en todo su esplendor, la panorámica completa la encontrarás en el mirador Sonrisa al viento, desde el que además se observa el último tramo del cañón del río Vero. Da un paseo por la calle Pedro Arnal Cavero y descansa en su Plaza Mayor y en la de Cruz de Buil.
Llastres, Asturias
La parroquia de Llastres se configura como una villa marinera en la que el puerto cobra especial protagonismo, al ser punto de encuentro y testigo del paso del tiempo (en el siglo XX fue uno de los más importantes de Asturias). A destacar su conjunto de nueve palacios blasonados, sus barrios de pescadores, iglesias (Santa maría de Sábada), capillas (San Roque) y casonas de piedras.
Maderuelo, Segovia
Este pueblo cobra una belleza especial durante las noches de primavera, en las que resulta imprescindible realizar un paseo por el Puente Nuevo, desde el que se puede contemplar una panorámica iluminada del mismo. A destacar la impresionante Puerta de la Villa, entrada con puertas blindadas del XV; la Plaza de San Miguel, con casonas del XIII; la cárcel del XVI y la iglesia Santa María del Castillo, con arcos mudéjares.
Candelario, Salamanca
Este pueblo salmantino de callejuelas empinadas constituye una escapada perfecta para disfrutar de tranquilidad y buena gastronomía. Imprescindible realizar un recorrido por uno de sus máximos exponentes de arquitectura popular: las fuentes. Y es que el agua es un elemento fundamental y presente a lo largo de todo Candelario. Otra muestra de ello son las regaderas, pequeños canales que sirven para el riego de huertas cercanas. No dejes de visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la ermita del Humilladero y contemplar las singulares batipuertas (media puerta de madera que precede a la puerta principal de las viviendas).
Torazu, Asturias
Esta pequeña joya salpicada de antiguos hórreos forma parte del concejo de Cabranes. Muy recomendable dar un tranquilo paseo por sus calles adoquinadas para disfrutar de su curiosa y colorida arquitectura popular, así como realizar una ruta por el Picu Incós para contemplar su belleza natural. Visita la iglesia de San Martín y la Capilla de Nuestra Señora de la Sierra. Además, desde él puedes realizar rutas por Cabranes, como visitar el pueblo artesano de Villanueva o seguir el recorrido fluvial del Río Viacava.
Olvera, Cádiz
Olvera es otro precioso pueblo blanco de raíces árabes que derrama sus sinuosas calles a través de un montículo. Destaca la imponente iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Encarnación, así como el castillo. Debes dar un paseo por el barrio de la Villa y visitar la casa de ‘La Cilla’, que actualmente alberga el museo ‘La Frontera y Los Castillos’. Si además eres amante de la naturaleza, realiza una ruta por el Peñón de Zaframagón y la sierra de Líjar.
Ujué, Navarra
Este municipio, que no llega a los 200 habitantes, desprende una belleza medieval palpable en todas sus calles. Destaca su solemne iglesia-fortaleza de Santa María de Ujué. Tras una visita por su espectacular paisaje, salpicado de terrazas destinadas al cultivo de cereales, olivos, almendros y vid, te recomendamos probar las deliciosas migas de pastor, plato típico de la zona. Si aún te quedas fuerzas, debes realizar una ruta por las cimas que componen Ujué para divisar la cordillera pirenáica, las llanuras de la ribera del Ebro y la silueta del Moncayo.
Cudillero, Asturias
Los colores de esta villa marinera lucen mucho más con el buen tiempo, que propicia visitas inolvidables al anfiteatro, el faro o el puerto. Merece la pena acercarse al Cabo Vidío, uno de los más importantes de Asturias, y aprovechar la llegada de la primavera para realizar una ruta a caballo recorriendo ríos, montes y bosques. Imprescindible dar un paseo por alguna de sus imponentes playas, como Campofrío y Aguilar, Ballota o la del Silencio.
Cantavieja, Teruel
Este municipio de poco más de 700 habitantes cuenta con uno de los paisajes más curiosos y bellos de España, al estar en un enclave pronunciado formado por precipicios. Debes recorrer su plaza porticada, así como echar un vistazo a la iglesia de la Asunción, con portada y pórtico góticos, y al antiguo Hospital de San Roque, situado al lado del Mirador de El Portillo. En esta época, no dejes de visitar los árboles monumentales de la localidad, como el Pino de Torre Altaba y el Enebro de Mas de Perales.
Valverde de los Arroyos, Guadalajara
A pesar de que su población no llegue a la centena, este pequeño pueblo bien merece una visita por el absoluto encanto de su arquitectura negra, caracterizada por el uso de la pizarra. La hiedra trepa sin reparo por las paredes de sus casas, que parecen salidas de algún cuento de los hermanos Grimm. Destaca su iglesia, su plaza mayor y fuentes públicas.
Mojácar, Almería
Con la primavera en todo su esplendor, Mojácar celebra la romería de San Isidro el 15 de mayo. Además, en junio tiene lugar la fiesta de Moros y Cristianos, un fin de semana cargado de noches mágicas y coronadas por el desfile de gala del domingo. No puedes perderte las maravillosas vistas de este pueblecito blanco desde el Mirador de la Plaza Nueva, ni tampoco desde su castillo. Da una vuelta por el arrabal, su calle de En medio y su plaza del ayuntamiento.
Tejeda, Las Palmas
En febrero, las flores blancas de los almendros inundan el paisaje de Tejeda para dar la bienvenida a la primavera. Pero no es el único espectáculo natural que quita el hipo en este municipio: el Roque Nublo y la neblina que se forma sobre la Caldera de Tejeda son otros de los encantos de la localidad. Disfruta de unas buenas vistas desde la Cruz de Tejeda y visita el Centro de Interpretación Degollada de Becerra, dedicado a informar sobre su etnografía, y la hermosa iglesia de Nuestra Señora del Socorro.
Casares, Málaga
Este precioso pueblo blanco envuelto en naturaleza resplandece aún más en primavera. Casares está coronado por un castillo situado en un macizo de roca caliza, que bien merece una visita sólo por sus vistas. En el apartado de arquitectura religiosa destacan la iglesia de la Encarnación y la ermita de San Sebastián, aunque tampoco puedes perderte la casa natal de Blas Infante ni su Centro Cultural. En el término municipal también encontrarás los peculiares baños de la Hedionda, molinos harineros o la Torre de la Sal.
Olivenza, Badajoz
La Olivenza monumental destaca por sus numerosos baluartes y atalayas. Si realizas un recorrido por el municipio, atraviesa la puerta de los Ángeles, la de San Sebastián, la del Calvario o la de Alconchel, y déjate maravillar por el puente de Ajuda, la ciudadela y el Alcázar y la Torre del Homenaje. En primavera disfrutarás especialmente de la dehesa y el pantano de Piedra Aguda. Tampoco puedes dejar de asistir a la celebración de La Maya durante el mes de mayo, una festividad que sirve para dar la bienvenida a la primavera y el florecimiento de los campos.
Úbeda, Jaén
Con la llegada de la primavera tiene lugar en Úbeda su Festival Internacional de Música y Danza, que el año que viene celebrará su 29 edición durante los meses de mayo y junio. Una excusa perfecta para acercarse a las preciosas plazas del casco histórico para escuchar conciertos. Déjate conquistar por sus encantadoras casas con patio de los siglos XIV – XVI, el palacio o templos como la iglesia de San Pablo.