Alguna vez seguro que has querido desconectar observando el caos de la ciudad. Ya va siendo hora de viajar a una zona natural, te dices mientras esperas a que el semáforo se ponga en verde y todos esos coches dejen de pasar.
Si te has visto reflejado en esta situación pero no tienes tiempo de viajar, o prefieres ahorrar un poco, te vamos a enseñar cómo desconectar en mitad de la naturaleza ¡y sin salir de tu ciudad!
Hoy queremos que viajes con nosotros por los 20 parques y jardines más top para perderse, y seguro que hay uno muy cerca de tu casa, esperando para que lo conozcas, y lo recorras palmo a palmo.
¿Te apuntas a este paseo?
Parque de La Magdalena (Santander)
Este popular parque de la capital cántabra toma su nombre del palacio homónimo que se localiza en él. El Palacio de la Magdalena es el edificio más emblemático de Santander y sirvió como residencia estival de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
Además del palacete, este parque santanderino con salida al mar contiene otra sorpresa: un pequeño zoo con patos, pingüinos y focas, entre otros animales.
Parque de María Luisa (Sevilla)
Constituye uno de los rincones más idílicos de la capital andaluza y, de hecho, es el parque más famoso de la ciudad. En este se localiza la Plaza de España, en cuyas paredes hay una serie de bancos de cerámica donde están representadas todas las provincias españolas.
Además, el Parque de María Luisa también destaca por sus cascadas y fuentes de inspiración árabe que invitan a relajarse al son del correr del agua.
Granja de San Ildefonso (Segovia)
En el siglo XVIII el monarca Felipe V mandó construir el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso para retirarse y, de hecho, los jardines son unos de los mejor conservados de esa época.
En el recinto abundan las estatuas de mármol y las fuentes, que representan escenas mitológicas y cuyos juegos de agua son uno de los mayores atractivos del lugar.
Jardín del Palacio de Viana (Córdoba)
En el barrio cordobés de Santa Marina nos encontramos el Palacio de los Marqueses de Viana, cuya construcción se remonta hasta el siglo XIV.
De los más de 6.500 metros cuadrados del conjunto, alrededor de 1.200 metros pertenecen al jardín, de diseño barroco y repleto de rosales, palmeras e, incluso, una encina de 400 años de antigüedad y más de 25 metros de altura.
Jardín de La Abadía (Cáceres)
Estos jardines renacentistas han crecido en torno al Palacio de Sotofermoso, en pleno Valle del Ambroz. En el siglo XVI eran considerados unos de los jardines más hermosos y elegantes.
Suponen una parada obligatoria para quienes estén de visita por el norte extremeño.
Jardín del Huerto del Cura (Elche)
Con una superficie aproximada de 12.000 metros, en este jardín abundan las plantas mediterráneas y tropicales, aunque las protagonistas absolutas son las palmeras.
La joya del lugar es la Palmera Imperial, un ejemplar único con siete brazos unidos por un mismo tronco y que debe su nombre a Sissi Emperatriz, después de que visitara este huerto en el año 1894.
Jardín De San Carlos (La Coruña)
El Jardín de San Carlos contiene numerosos árboles centenarios, además de un mirador que ofrece una magnífica panorámica de la ría y la costa coruñesa.
En el centro del jardín destaca un monumento fúnebre al general inglés John Moore, quien murió en la Batalla de Elviña por defender la ciudad de las tropas francesas.
Jardines de Monforte (Valencia)
Uno de los espacios más románticos de Valencia es este jardín, un remanso de paz a escasa distancia del centro de la ciudad.
Los Jardines de Monforte son de estilo neoclásico y se componen de una treintena de estatuas de mármol junto a un majestuoso estanque de nenúfares.
Bosque de Béjar (Salamanca)
En la localidad de Béjar se extiende este jardín renacentista cuyo mayor reclamo es un enorme estanque.
En otros tiempos navegaban barquitas por él; a día de hoy, aún puede divisarse la romántica isleta en su centro y es posible pasear entre árboles, tan altos como antiguos, además de fuentes.
Parque de la Ciudadela (Barcelona)
Emblema de Barcelona y levantado sobre una antigua ciudadela, uno de sus rincones más preciados es la cascada monumental con el Nacimiento de Venus como elemento central.
Además de extensos jardines, sus 17 hectáreas encierran el pintoresco Castillo de los Tres Dragones (hoy, Museo de Ciencias Naturales), un zoo y un invernadero, entre otros edificios.
Parque de El Retiro (Madrid)
Más de 15.000 árboles y alrededor de 125 hectáreas hacen del Parque El Retiro uno de los lugares favoritos tanto para los madrileños como para los visitantes.
En pleno centro de la capital española, en su interior no solo pueden encontrarse esplendorosos jardines (e, incluso, el árbol más antiguo de Madrid, con cerca de 400 años), sino también obras arquitectónicas como el Palacio de Cristal o el Palacio de Velázquez, un enorme estanque donde pasear en barca o practicar remo y numerosas estatuas y fuentes. Imperdible es El Ángel Caído, única escultura en todo el mundo que representa al diablo.
Parque Güell (Barcelona)
El Parque Güell es uno de los iconos de la ciudad condal y fue construido a principios del siglo XX por el arquitecto modernista Antonio Gaudí. Su plan inicial fue crear una urbanización de lujo, aunque al final, se optó por convertirlo en un parque casi de cuento.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el Parque Güell no solo ofrece una de las mejores vistas de Barcelona, sino que presenta un verdadero universo fantástico con columnas que simulan árboles, mosaicos de colores y formas onduladas.
Jardín de la Concepción (Málaga)
Visitar el Jardín Botánico-Histórico de la Concepción supone introducirse en el jardín tropical más bello e importante de Europa. Alberga palmeras, bambúes, plantas acuáticas y un sinfín de especies exóticas para llegar hasta un total de mil.
El patrimonio botánico se funde con el conjunto monumental e histórico de la finca que incluye una Casa-Palacio, puentecitos, fuentes, escalinatas y hasta un museo.
Jardín de La Alhambra (Granada)
El monumento más visitado de España y octava maravilla del mundo no podía faltar en esta lista. La belleza de los palacios nazaríes, del Generalife y de la Alcazaba se debe en gran medida al entorno ajardinado en el que se sitúan.
Será un gustazo dedicar toda una mañana a pasear entre llamativas flores de colores, arbustos aromáticos, árboles frutales y fuentes que brindan agradables sonidos y un espectáculo para la vista.
Jardín de la Orotava (Tenerife)
Situado en Puerto de la Cruz, se trata del segundo jardín botánico más antiguo de España. Nació con el objetivo de aclimatar especies tropicales en un espacio con la climatología apropiada, lo que nos da una idea de lo que acoge en su interior.
Árboles centenarios y de curiosas formas, como es el caso de los ficus, te harán sentir en un verdadero mundo de fantasía.
Parque Genovés (Cádiz)
Este parque se encuentra próximo al casco histórico de Cádiz y, en sus inicios, se conocía como Paseo del Perejil, por su escasa vegetación.
En la actualidad se ha convertido en un jardín botánico, y en él podemos encontrar algunas sorpresas como la fuente de los Niños de los Paraguas o La Gruta, un apacible lago con cascada habitado por diversas aves.
Cartuja de Valldemossa (Baleares)
En el corazón de la sierra mallorquina se ubica este antiguo monasterio del siglo XIV, en el cual vivió el célebre músico Frédéric Chopin.
En los jardines de la Real Cartuja se alza una escultura en honor del músico.
Jardín del Palacio de los Castejón (Ágreda, Soria)
Se trata de un jardín renacentista recreado dentro del recinto monumental del Palacio de los Castejón, en Ágreda, que es un pueblo de la provincia de Soria, a imagen y semejanza del original del siglo XVI.
Las plantas aromáticas, entrelazados, fuentes y hasta un teatro vegetal y otro de espejos, dan vida a este lugar histórico.
La Granja de Esporles (Mallorca)
A tan solo 15 kilómetros de Palma de Mallorca se localiza esta señorial mansión del siglo X rodeada de jardines.
En ellos se asientan cañas de bambú, una pareja de araucarias y un tejo gigante milenario, uno de los pocos ejemplares que existen en la isla.
Madrid Río (Madrid)
También denominado la playa de Madrid, es un enclave situado en la ribera del Manzanares, perfecto para las familias y los runners.
Los más peques encontrarán un sinfín de áreas infantiles con columpios fabricados con materiales sostenibles. En verano se transforma en una verdadera playa con tumbonas, sombrillas y diversas fuentes para refrescarse.