¿Qué te parecería perderte en un lugar en el que lo único que escuches sea la naturaleza? Seguro que muchas veces has echado de menos el silencio, un ratito para desconectar, y viajar a un lugar en el que prácticamente no te encuentres a nadie.
Pues si es así, hoy tenemos un regalo para ti, para que en tu próximo viaje, puedas disfrutar del turismo rural en un ambiente en el que si no quieres, no verás a nadie más. Y es que hoy queremos viajar a esos pueblos casi desconocidos, poco habitados, pero que guardan una belleza indescriptible.
Hoy te vamos a mostrar algunos pueblos con menos de 50 habitantes que te abrirán sus puertas para que disfrutes del descanso y vuelvas a la rutina con las pilas bien cargadas. ¡Olvídate de esperas y aglomeraciones!
¿Nos acompañas?
Villarroya
Empezamos nuestro viaje pausado y calmado en La Rioja, donde nos topamos con un pueblo al que si no vas aposta, seguramente ni oigas hablar de él. Bueno, ni hablar de él, ni gente en sus calles, porque tan solo viven cinco habitantes en este lugar que es tal calmado, como bonito.
Vivió sus años dorados cuando fue uno de los puntos de referencia para los arqueólogos que encontraron aquí, numerosas piezas que databan del Pleistoceno. Una vez que las excavaciones terminaron, y los yacimientos fueron cerrados, toda su población emigró, quedando únicamente algunos habitantes que sobrevivían de la agricultura y la ganadería, dos actividades muy arraigadas en la zona.
La tranquilidad en este pueblo, está más que garantizada.
Bulnes
Nos desplazamos ahora hasta Asturias, donde te traemos una de las panorámicas con más encanto de la zona, y junto a los Picos de Europa, lo que hace de este pueblo una auténtica joya.
A pesar de ser uno de los pueblos más conocidos, apenas viven en él 50 habitantes que tienen la suerte de disfrutar de la calma, la tradición y el silencio que ahora tú puedes descubrir haciendo turismo rural.
Menos mal que las cosas han cambiado mucho para este pueblo que en la actualidad, se puede comunicar con el exterior a través de un funicular subterráneo, porque hace años, cuando la nieve comenzaba a teñir sus calles, este pueblo se quedaba completamente incomunicado.
Te recomendamos que disfrutes de una jornada de turismo, y pasees por sus calles, ¡es toda una experiencia que no vas a poder olvidar!
Madarcos
¡Quién iba a decir que en Madrid habría un pueblo tan tranquilo! Pues es cierto. Y es que este pueblo que se enclava en la Sierra Norte de Madrid, te ofrece toda esa tranquilidad que de ninguna otra manera, encontrarías en la capital.
Se trata de una zona tradicional habitada por apenas cuarenta y seis personas, en la que sus calles de piedra conducen hasta los puntos más interesantes, que en este caso pueden ser la Iglesia de Santa Ana o la zona del Ayuntamiento. Callejuelas que te dejan apreciar a cada paso, las vistas de la impresionante naturaleza que nos deja el Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra, al que te recomendamos ir un día.
Sin duda, es una de esas visitas que no te van a dejar indiferente, y donde vas a encontrar la tranquilidad que venías buscando durante tus días libres.
Piornedo
Nos desplazamos ahora hasta la provincia gallega de Lugo, en la que encontramos uno de los pueblos que además de ser muy tranquilo, es de los más curiosos que hemos visto nunca.
Pasear por sus calles significa poder disfrutar de la arquitectura típica de la zona, de la época prerromana. Casas que son pallozas, de las que contamos hasta 14 y que se pueden visitar. Algunas incluso, se han rehabilitado para servicios culturales como Museo Etnográfico.
Si quieres conocer esta aldea de los Ancares, tendrás que ascender hasta los más de 1.000 metros, y preparar tu cámara de fotos porque te encuentras en un Bien de Interés Cultural, un rincón con mucho encanto en el que vas a quedarte con la boca abierta.
Salcedillo
Terminamos nuestra ruta por los pueblos con menos habitantes en la provincia de Teruel, donde te mostramos este oasis de tranquilidad y descanso.
Tiene poco más de catorce habitantes que tienen las mejores vistas, y una calidad de vida que le aporta el terreno natural en el que se encuentra, donde además, si paseas por sus calles, puedes darte cuenta de la tradición que se respira en todos ellos.
Si quieres disfrutar de este pueblo, debes saber que se encuentra a unos 90 kilómetros de la ciudad, y que es uno de los más elevados de la comarca de las Cuencas Mineras.
Sin duda, una opción que tienes que disfrutar.