Dicen los habitantes de los municipios catalanes, que todo aquel que los visita se convierte en “camacus”. Y es que este no es más que el mote impuesto a los foráneos que tienen el acierto de visitar un pueblo catalán. El origen del mismo reside en la expresión “qué maco”, que en castellano significa “qué majo”, pues se entiende que esta es la reacción general de los turistas al recorrer las calles de algunos municipios de la comunidad catalana.
Bien, aprovechando que se acercan las vacaciones de Navidad, hoy os adjunto un manual de instrucciones para convertirnos en “camacu”: vamos a viajar a Cataluña a conocer cinco de los pueblos más bonitos de la misma, aunque podrían ser muchos, pero que muchos más. ¡Allá vamos!
Tossa de Mar (Girona)
Su muralla hace que el pueblo sea un todo en su nada. Un “todo” por su belleza y prestaciones, y un “nada” porque precisamente su muralla es la que ha logrado que el municipio escape de cualquier masificación o mega construcción, en favor de mantener el espíritu íntimo, tranquilo.
Tossa de Mar goza además de una orografía que regala preciosas calas, casi secretas, alejada de la mayoría de las playas del mediterráneo, excesivamente pobladas.
Para conocer esta preciosa fortificación sobre la bahía, te recomendamos esta casa rural.
Peratallada (Girona)
Viaje al pasado. Municipio dominado por la piedra, que forma calles asimétricas, irregulares nacidas directamente de las rocas. Pasarás bajo muchos arcos, que sugieren saltos a la época medieval, y comerás muy bien, con una sugerente gastronomía servida en restaurantes con chimenea.
Apenas medio millar de habitantes te esperan en Peratallada, además de este bello alojamiento, intrínseco a la arquitectura que domina el pueblo.
Solsona (Lleida)
Merece la pena una vista aérea de Solsona para asimilar de buen grado su estructura, pues estamos ante un pueblo uniforme. Un pueblo construido en torno a su catedral y Palacio Episcopal, puntos de partida medievales, con arte barroco.
Atrévete a cruzar sus portales de entrada e inúndate del paisaje de su entorno, favorecido por la presencia de los prepirineos. Opciones para vivirlo no te van a faltar, aquí nuestra sugerencia.
Besalú (Girona)
Para los amantes de la serie Juego de Tronos, este pueblo les hará sentir dentro de cualquiera de sus localizaciones. En primer lugar, por el puente romano que preside el lugar, que de gran altura ayuda a atravesar el revuelto río Fluviá. Y después, por la parte central del pueblo, con las abadías y rincones como casa Cornellá o la Cúria Real.
Asique si quieres sentirte como John Nieve, Besalu es el lugar y estos, sus alojamientos más propicios.
Montblanc (Tarragona)
Montblanc cuenta con el distintivo de Villa Ducal, además de un casco antiguo nombrado Conjunto Histórico – Artístico. Su estructura transmite vértigo, con altas torres señoriales, murallas al filo, portones y un gran puente romano.
De todas sus edificaciones admirarás su conservación, intacta, así como el tamaño de las mismas, que te hará sentir superado. Para viajar a este pueblo con indiscutible esencia medieval, te dejamos algunas de las mejores casas donde hospedarse.
Pues hasta aquí solo una milésima parte de la belleza que albergan los pueblos de Cataluña, pero suficiente para esta Navidad convertirse en “camacus”. ¿T´animes?