Pueblos Desaparecidos de España

La parte trágica de la historia de nuestro país está marcada por guerra, hambre, terror, sangre, y también agua. Sí, el agua, que habitualmente da la vida, ha sido causante del desastre en demasiadas ocasiones. Siempre movida por la mano y los intereses de los seres humanos.

La Guerra Civil y las decisiones tomadas durante el franquismo dieron lugar a catástrofes en las que se perdieron decenas de pueblos que hoy solo quedan en la memoria, o en algunos restos que recuerdan el horror vivido.

La Guerra Civil

Una época que todavía muchos se niegan a olvidar. Que se recuerda en los libros de historia, en los relatos e incluso en las películas que se realizan actualmente. De este tiempo quedan resquicios del horror, ruinas que incluso se pueden visitar en algunos lugares, lo que no está claro es si resulta aconsejable pasar demasiado tiempo entre las piedras marcadas.

_dChris FLICKR (1)

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Un ejemplo lo encontramos en el pueblo de Belchite, destruido en la batalla que lleva el mismo nombre. Esta localidad de la provincia de Zaragoza forma parte de la historia de la destrucción. Los habitantes que sobrevivieron a la guerra fueron instalados en un pueblo nuevo que se construyó junto a las ruinas, visibles para recordar lo acontecido.

También es conocido por la misma circunstancia el pueblo de El Membrillo Bajo, en la provincia de Huelva. Un lugar completamente arrasado, borrado del mapa tras los bombardeos y los incendios a los que se vio sometido. Los pocos habitantes que sobrevivieron a las torturas y a los fusilamientos, huyeron a los pueblos más cercanos, dejando atrás las piedras rotas y marcadas por la peor de las historias.

Víctor FLICKR

Víctor FLICKR

Al igual que en el primer caso, el pueblo de Corbera de Ebro, en la provincia de Tarragona, se mantiene intacto tras la destrucción acontecida durante la guerra. Los vecinos se mudaron a la parte inferior del pueblo, dejando la peor parte, la más elevada, como prueba de los bombardeos y el terror vividos.

Pueblos Bajo el Agua

Aproximadamente, son unos 500 los pueblos y aldeas que se han consumido bajo el agua. En algunas ocasiones, pocas, se ha debido a un desastre natural. Pero en su mayoría, la desaparición de estos lugares se debe a los más de 500 pantanos que se construyeron durante el franquismo, y que provocaron los derrumbes de varias presas. La lista de pueblos es muy extensa, demasiado, por lo que los siguientes son solo algunos ejemplos de todos los secretos que se ocultan, inundados.

 

Sant Romá de Sau, en la provincia de Barcelona, es uno de esos lugares que hoy en día parece un santuario. A partir del año 1962, su suerte se topó con la fuerza del embalse. Desapareció casi por completo bajo el río Ter, manteniendo únicamente a flote el campanario de la iglesia. Cuando hay sequía, todavía es posible pasear por las calles del pueblo.

Leioa Mendi Taldea

Leioa Mendi Taldea

Granadilla, en la provincia de Cáceres, quedó despoblado al abrirse la Presa de Gabriel, que comenzó a inundar la zona de campo, haciendo que sus habitantes tuvieran que marcharse del campo a la ciudad. Actualmente, puede visitarse en un recorrido que es un auténtico museo viviente.

Mansilla, en La Rioja, cuenta la historia de un lugar en el que sufrieron la guerra, y una vez terminado dicho periodo, los habitantes tuvieron que ver cómo el embalse se tragaba sus cultivos y viviendas, antes de poder mudarse a otro pueblo. De este lugar sólo quedan en pie dos puentes y una ermita.

La provincia de Huesca cuenta con dos poblaciones que sufrieron la suerte de ser arrasadas por el agua. Una de ellas Lanuza, un lugar que después del horror supo salir del hoyo y reconstruirse para convertirse en uno de los pueblos más bonitos de la zona.

El otro es Mediano, un pueblo completamente sumergido en el que es uno de los embalses más grandes de la zona. Aquí se ha aprovechado el tirón turístico para que los visitantes se sumerjan y puedan observar las ruinas.

En la región de Cantabria, se encuentra un ejemplo muy curioso, el de Las Rozas de Valdearroyo, un pueblo sumergido en el Embalse del Ebro, que ha sido declarado como Zona de Especial Protección para las Aves. En pie quedó la iglesia, que muestra su campanario sobre el agua. Actualmente se puede acceder al interior de la conocida como “catedral de los peces” a través de una pasarela.

Castilla y León es otra de las comunidades con mayor número de lugares que observan pasar el tiempo en el silencio de las profundidades.

La Muedra, en la provincia de Soria, es un pueblo hundido en el embalse de la Cuerda del Pozo. Cuando hay sequía, el pueblo emerge en una estampa fantasmagórica, perfecta para quienes disfruten de las historias de terror.

M.Peinado FLICKR

M.Peinado FLICKR

En Ribadelago, en la provincia de Zamora, quedan restos de la parte del pueblo que no se tragó la presa de Vega del Tera. En el desastre fallecieron más de 100 personas, y los supervivientes se mudaron a otros lugares porque el recuerdo resultaba demasiado doloroso.

 

Riaño, en León, debe cerrar la lista porque también fue el último pueblo español en desaparecer bajo las aguas de un embalse. El embalse sepultó finalmente el pueblo en el año 1987, inundando también otras siete pequeñas aldeas del valle.

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