En nuestra ruta por los diferentes Parques Nacionales que cubren con su manto nuestro país, nos hemos encontrado con muchos y muy variados rincones donde la esencia de su naturaleza los hace únicos.
De Norte a Sur y de Este a Oeste, cada uno de ellos cuenta con una magia que hará que quieras disfrutar de un ratito entre su espacio.
Imagínate un paisaje verde, absolutamente protegido, y con una gran cantidad de elementos que fomentan el turismo natural en la zona. Y todo esto, muy cerca de tu alojamiento, para que te sientas un verdadero aventurero y descubras los rincones que tiene nuestro país.
Hoy, nos desplazamos hasta las islas Canarias, donde nos espera una joya natural que no puedes perderte.
¿Te vienes? Empieza la aventura.
¿Dónde nos encontramos?
Pues como decíamos antes, nos tenemos que desplazar hasta las islas, en concreto hasta La Palma, donde nos encontramos con Santa Cruz de Tenerife, el escenario de nuestra nueva aventura.
Esta impresionante formación natural cuenta con varios siglos de antigüedad, por lo que la esencia y el valor que se respira en esta zona insular, es muy característica.
¿Qué es exactamente?
Se trata de una depresión que tiene forma de caldera, y que se compone de diferentes elementos que le hacen alcanzar uno de los mayores valores paisajísticos de nuestro país, y que le han servido a este parque, para ostentar el título de Reserva de la Biosfera.
Hay que resaltar que es una de las depresiones más grandes, y con esta forma, de todo el mundo, por lo que sí. Te quedarás con la boca abierta.
Entre acantilados, barrancos y vegetación en la que habita la fauna más característica, se forma este espacio rodeado de un conjunto de picos de gran altitud, que llegan a medir más de 2.400 metros en su punto más alto; y 430 en el más bajo.
¿Qué hay en el interior?
En su interior se pueden ver perfectamente los barrancos y los roques, que son formaciones geológicas en forma de cresta que se levantan a una altura considerable. Resaltan el Roque de Idafe, y el de Huso.
Se dice que se formó a partir de las lavas más antiguas de la zona, que pueden ser de varios tipos, y que han servido a los profesionales para el estudio de este tipo de terrenos.
Además de esto, fuentes, manantiales y cascadas se dan cita en este espacio, adornando un lienzo que te dejará con la boca abierta. Entre ellas, la Desfondada es una de las cascadas más atractivas, situándose a unos 150 metros de altitud. Otra de las más conocidas es la Cascada de Colores, que no es ni mucho menos la más alta, pero sí que es una de las más atractivas por la cantidad de tonalidades que adquiere el paisaje debido a los diferentes materiales que componen el terreno.
Además, en la zona del Roque de los Muchachos, que es uno de los picos de mayor altitud, tenemos el observatorio. Un impresionante lugar en el que disfrutar de las vistas desde cualquiera de sus telescopios, disponiendo aquí de la mayor concentración de estos elementos.
Sin duda, uno de los espacios de mayor biodiversidad, y con unas vistas de infarto para que disfrutéis al máximo de cada rincón de este espacio.