Cuando viajamos nos apetece disfrutar de unas vistas diferentes, desconectar en espacios que incluso, nos transporten a otra época y en definitiva, cambiar de aires. ¿Qué te parece ir a un pueblo de piedra la próxima vez que salgas de viaje?. Los pueblos de piedra que hay en España tienen un encanto especial. Ese encanto de lo tradicional, lo medieval y lo diferente.
Es por eso que hoy queremos que pasees con nosotros entre la piedra que forman sus calles, sus casas y los monumentos que hacen de ellos lugares perfectos para viajar. Hoy vamos a enseñarte como la piedra hace de estos pueblos auténticas joyas que merecen ser conocidas. ¿Te vienes con nosotros?
Castrillo de los Polvazares (León)
Considerado como uno de los más bonitos de Castilla y León, este pueblo que forma parte de la comarca de La Maragatería encabeza nuestra lista. Un auténtico museo al aire libre en el que mires donde mires, verás piedra. Una piedra que vivió años de esplendor cuando se consideraba un centro neurálgico para comerciantes, pero que tuvo que ser reconstruido tras una riada que lo asoló.
En la actualidad, este pueblo de piedra vive del turismo. Un sector que ha ido creciendo y admirando la belleza de sus calles, sus casas tradicionales y de su gastronomía. Y es que, comer en este pueblo es degustar uno de los mejores manjares: el cocido maragato.
Bárcena Mayor (Cantabria)
Nuestra segunda parada nos lleva a conocer el único pueblo que se extiende en el interior del Parque Natural Saja-Besaya, lo que le aporta un extra a nuestro viaje en el que la piedra de su entramado se combina con unas vistas espectaculares de la naturaleza.
Caminar sobre la piedra que delinea sus calles, y tocar las fachadas empedradas de sus casas es una auténtica experiencia que te permitirá conocer la arquitectura rural montañesa perfectamente conservada a lo largo de los años. Es por eso que este pueblo es Conjunto Histórico Artístico, del que también forman parte las casas rectorales y la iglesia de Santa María, que data del siglo XVII.
Bulnes (Asturias)
Hemos hablado muchas veces de las bondades de Asturias, entre las que también se encuentra este pueblo de piedra ideal para disfrutar en tu próximo viaje. Se ubica además en mitad de los Picos de Europa, lo que le aporta una panorámica única.
La vegetación de los alrededores decora un casco urbano perfectamente conservado en el que sus poco más de 40 habitantes tienen la suerte de pasear por un entramado de piedra en el que destacamos los tejados rojos. Una coloración que le aporta la piedra caliza con la que están construidos.
Además, es un pueblo rural y tradicional, donde podrás probar el famoso queso Cabrales que se elabora allí mismo.
Peratallada (Girona)
Nos desplazamos hasta la comarca del Bajo Ampurdán para toparnos con una villa medieval famosa por la belleza de sus calles que tienen una clara protagonista: la piedra.
De hecho, literalmente Peratallada significa piedra cortada. Todo su casco urbano está hecho de este material y es Conjunto Histórico Artístico por la buena conservación de todo el entramado y por la gran cantidad de elementos de gran valor cultural que hay en su interior.
Pasear sobre la piedra que va dibujando sus calles es toda una experiencia en la que además, te recomendamos que visites su espectacular castillo y el recinto amurallado. Una panorámica que estamos seguros de que no vas a poder olvidarte.
Pals (Girona)
Sin movernos de la provincia, nos desplazamos ahora hasta Pals, una joya de piedra hecha pueblo que no puedes dejar de visitar. Es uno de los destinos preferidos por los turistas por la belleza que tiene, y cuando lo visites entenderás por qué.
Tiene más de 2.500 habitantes esta villa medieval en la que podrás disfrutar de algunos monumentos y edificios góticos, así como de sus murallas. Sus calles empedradas hacen que la magia surja. Además, si decides conocerlo tienes que conocer Ca la Pruna, que es una de las casonas fortificadas de la época, así como la Torre románica de les Hores y el castillo, del que apenas quedan ruinas pero que te deja una de las mejores vistas de este pueblo de piedra.
Pedraza (Segovia)
Nos desplazamos hasta la provincia de Segovia para darte a conocer un pueblo que parece sacado de un cuento. Un entramado en el que la piedra tiene presencia en todas partes: calles, plazas, casas y monumentos. Aparentemente, nada ha cambiado en el interior de Pedraza y de hecho, parece que el tiempo se haya detenido.
Una vez que comenzamos a pasear por sus calles de piedra, nos damos cuenta de la belleza de su conjunto desde la entrada más ilustre: la famosa Puerta de la Villa -cómo no, en piedra-. Pero es que aquí no acaban las cosas que nos ofrece este pueblo. Hay mucho más.
La Calle de la Calzada o el famoso Castillo todavía en pie, hace que sea un viaje además de cultural, agradable a la vista de aquellos que, como nosotros, quieren visitar los pueblos de piedra en España.
Patones de Arriba (Madrid)
¡Quién diría que en la ciudad de la Gran Vía y El Retiro existiría un oasis de piedra con tanto encanto como este pueblo!
Patones de Arriba es sin duda, un pueblo que ha sabido conservar la esencia de antaño a través de su entramado de piedra y de sus construcciones, que se engloban en lo que se conoce como arquitectura negra, muy típica en los pueblos que forman parte de la Sierra de Ayllón.
Pasear por sus callejuelas empedradas es disfrutar de un destino declarado Bien de Interés Cultural, descubrir pequeños rincones en pizarra y conocer uno de los pueblos favoritos de la Comunidad de Madrid.
Fornalutx (Mallorca)
Viajamos ahora hasta la isla de Mallorca, que también tiene su representante de los pueblos de piedra y que es considerado además, uno de los pueblos más bonitos de la isla. Se ubica en la Sierra de Tramontana, que actúa de precioso decorado en forma de vegetación y que es visible desde cualquier punto del pueblo.
Sus calles empedradas son la alfombra roja para esas casitas, también construidas en piedra, en las que resalta el color rojo de los tejados. ¡Y todo rodeado de naranjos y limoneros! Una de las estampas con más encanto de este pueblo en el que te recomendamos que reserves un alojamiento para disfrutar tranquilamente de todo el paisaje.
Entre los imprescindibles en tu visita destacamos lugares como el Ayuntamiento, que tiene además una torre defensiva que data del siglo XVII. También su iglesia es uno de los puntos destacados, aunando en su construcción referencias al estilo gótico y al barroco. La Plaza de España te hará disfrutar de la parte más viva de este pueblo de piedra mientras que en Can Xoroi encontrarás todo lo relacionado con el pasado de este pueblo.
Valverde de los Arroyos (Guadalajara)
Ubicado dentro de lo que se conoce como los pueblos negros, nos encontramos con este rinconcito en piedra que te va a atrapar, y donde vas a poder disfrutar de un paseo tranquilo disfrutando de la calma y la tradición presente en cada uno de sus rincones.
La Arquitectura Negra es protagonista en cada construcción, pero si quieres tener una de las mejores fotografías, nada como llegar hasta la Plaza Mayor y disfrutar de un oscuro telón de fondo en el que refleja el sol, y donde se encuentran elementos importantes como su iglesia parroquial.
Campillo de Ranas (Guadalajara)
Sin abandonar la provincia de Guadalajara, ni tampoco la famosa Ruta de los Pueblos Negros, hacemos una parada en Campillo de Ranas, considerado el más bonito de todos los que se integran en esta bella ruta en la que la arquitectura es protagonista.
Todo el entramado de este pueblo está hecho en piedra oscura, concretamente pizarra, que además se encuentra presente en cada una de las calles, ya que todas las construcciones combinan este material con la madera de las puertas y ventanas, dándole un toque tradicional.
Castellfollit de la Roca (Girona)
Si hablamos de vistas de vértigo y paisajes inusuales, este pueblecito ubicado sobre una roca a 50 metros de altitud te dejará con la boca abierta.
Tiene un kilómetro de extensión en el que vas a poder disfrutar de la esencia medieval que hay en cada una de sus construcciones, hechas en piedra volcánica y acompañadas de un verde intenso en los alrededores del risco sobre el que se encuentra.
Si tienes vértigo, no mires hacia abajo porque la estampa es absolutamente sobrecogedora.
Puentedey (Burgos)
Otra de las vistas inusuales y curiosas es la que nos encontramos en Puentedey, un pueblecito burgalés en el que vas a poder disfrutar de la piedra tanto en el casco urbano, como en el paisaje que lo forma. ¡La piedra es sin duda, absoluta protagonista!
No lo decimos nosotros, lo dice la fotografía de un pueblo que muestra un entramado en el que algunas de sus casas siguen conservando la piedra original pero justo a la entrada, encontrarás la estampa más bonita: su puente de piedra natural.
Bajo el puente pasa el río Nela que fue precisamente, el que se fue abriendo paso de manera natural entre la roca, creando un puente que hoy es la seña de identidad de este pueblo.
Aínsa (Huesca)
Este pueblo de Huesca compite con otros tantos de nuestro país en belleza, y es que su origen medieval, las vistas de la zona en la que se encuentra y la amplia oferta de actividades que tiene, hace que sea un destino muy solicitado por los turistas que quieren disfrutar de unos días libres.
¿Qué te parece dormir en un pueblo junto al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido? Es uno de sus principales atractivos aunque, si das un paseo por su casco urbano, puedes darte cuenta de que la piedra presente en todas sus construcciones, y la belleza que da es impresionante.
Rupit (Barcelona)
Como su propio nombre indica (rupe=roca), lo que nos vamos a encontrar en el interior de este pueblo es un festival de piedra en cada una de las construcciones que lo forman.
Su casco antiguo tiene un encanto especial y es que, además de la vegetación de los espacios naturales que le rodean y el puente colgante que hay que pasar para acceder al pueblo, sus calles estructuradas con casas de piedra nos dejan ver la arquitectura tradicional de los siglos XVI y XVII.
La estampa es digna de admirar.
Roda de Isábena (Huesca)
Volvemos a Huesca para cerrar una ruta que nos ha dejado de piedra. En este caso el pueblo de Roda de Isábena tiene un montón de particularidades además de contar con un montón de calles y construcciones hechas en piedra.
Alrededor de su entramado vas a poder disfrutar de tres sierras que le aportan un escenario lleno de belleza. Estas sierras son la de Sís, la del Chordal y la Esdolomada. Y una vez repasados los alrededores, vamos a disfrutar de las particularidades del casco urbano.
Además de contar con una muralla perfectamente conservada y de un precioso puente románico, es la única población tan pequeña que dispone de una catedral. Esta es la Catedral de San Vicente Mártir.