Cuando piensas en hacer un viaje para desconectar, ¿qué es lo que te imaginas? Nosotros nos imaginamos un lugar junto al mar en el que el silencio sólo permita que se rompa la calma por el rumor de las olas, donde las vistas de la naturaleza sean una constante, y donde podamos vivir por unos días sin horarios.
Puede parecer la escena de algún cuento pero, lejos de las imaginaciones, existen de verdad esos destinos perfectos para desconectar cerca del mar y hoy, queremos que los descubras con nosotros.
Porque hacer un parón en nuestro día a día y recargar las pilas junto a la costa es algo necesario, hoy te vamos a enseñar esos lugares con encanto en los que detener el tiempo para que vayas tomando nota.
Blanes (Girona)
En plena Costa Brava nos encontramos con un pueblecito que te hará sumergirte al máximo en la cultura catalana, ya que tiene mucha personalidad. Además, cuenta con una estampa natural que viene dada por sus playas y de la que vas a poder disfrutar.
Este pueblecito catalán tiene como decimos, muchas cosas que ver, empezando por el Castell de Sant Joan, que tiene uno de los mejores amaneceres que puedas imaginar, y siguiendo por la roca conocida como Sa Palomera. Si quieres disfrutar de uno de los espacios más espectaculares, te recomendamos visitar el Jardín Botánico Marimurtra, uno de los más bonitos del mundo (y no lo decimos nosotros).
Tazones (Asturias)
Nos desplazamos hasta Asturias para conocer un pueblecito en el que desconectar es posible, ya sea por la tranquilidad de ser una población que apenas alcanza los 200 habitantes, o por contar con playa a la que llegarás en un agradable paseo por su casco urbano.
Se trata de un antiguo pueblo pesquero en el que descubrir la esencia de antaño que, además, en según qué zonas se remonta hasta la Prehistoria, ya que junto a su playa se encontraron algunas huellas de dinosaurio.
Pero esto no es todo, y es que un tranquilo paseo por sus calles, en las que verás un perfil ascendente en sus construcciones, te permitirá visitar puntos como la iglesia parroquial, o la Casa de las Conchas, uno de los más curiosos.
O Vicedo (Lugo)
Desplazados ya hasta Galicia, nos encontramos con otro pueblo en Lugo en el que se puede desconectar viendo el mar en plena comarca de La Mariña Occidental.
O Vicedo tiene sin duda, una de las estampas más relajantes, compuesta por el mar, y el pueblo a los pies de la montaña. Pero no sólo su estampa es lo que llama la atención en este municipio gallego, y es que cuenta con numerosos puntos de interés.
Alguno de los más recomendables para visitar es el Monasterio Templario de Isla Coelleira, así como algunos restos de antiguas poblaciones repartidos en tres castros en los que, a pesar de su mal estado de conservación, aún se pueden ver algunos restos. No los únicos, porque en O Vicedo se encuentra el único asentamiento de origen vikingo que existe en toda la Península. ¡Impresionante!
Zumaia (Guipúzcoa)
Este pueblo del País Vasco reúne todo lo que buscábamos en este viaje: cultura y mar, además de tranquilidad. Y es que su perfil deja intuir la belleza en sus calles que se estructuran en base a la desembocadura del río Urola.
Disfrutar de unos días en Zumaya, es pasear por un casco urbano al que le ganan protagonismo sus playas, contando con dos famosos espacios como son la playa de Santiago y la playa de Itzurun, que te recordará a Juego de Tronos.
Uno de los atractivos indiscutibles de la zona es su famoso flysch, una curiosa e imponente formación que parte de esta última playa y que te dejará con la boca abierta.
Tabarca (Alicante)
Si quieres desconectar junto al mar, ¿qué hay mejor que una isla? Pero no cualquiera. Tabarca es la única isla de la Comunidad Valenciana que está habitada y que además, fue un antiguo refugio para los piratas.
En la actualidad, para llegar a ella tendrás que coger un barco desde Alicante o Santa Pola, que conecta con esta joya en mitad del Mediterráneo. Una vez que pongas un pie en Tabarca, disfrutarás de la desconexión que aportan sus paisajes y de su patrimonio cultural.
Lo que no te puedes perder es el antiguo poblado que está fortificado y que los expertos datan del siglo XVIII, contando con una pequeña iglesia, la Casa del Gobernador, y restos de sus murallas. Un paseo por aquí te hará desconectar, ¡seguro!.
Sa Tuna (Girona)
Una auténtica joya en la Costa Brava que te hará disfrutar del descanso junto al mar, y en la que podrás disfrutar de un rincón en el cabo de Begur que te atrapará.
La Costa Brava es siempre una buena elección en cuanto a viajes, pero es que este pueblecito decorado con casas blancas y colores en las puertas, adornado por un halo de pueblo pescador, sólo es superable si nos fijamos en las playas de aguas cristalinas que tiene.
Sa Tuna es sin duda, un lugar en el que desconectar con la presencia del mar de fondo, y sus expectantes barcas varadas.