Vela Blanca

Coqueto apartamento para 4 personas, situado en un pequeño complejo residencial en el encantador pueblo de Sa Riera, en la preciosa zona de la provincia de Girona de la Costa Brava.

Los huéspedes de este alojamiento podrán disfrutar de:

• 3 dormitorios dobles, uno de ellos con dos camas en litera, mientras que los otros dos tienen cama de matrimonio y sus estancias respectivas son ambas de mayor tamaño. Pero lo que todas ellas tienen en común es su buena proyección al exterior que les proporciona abundante luz natural.

• El salón es un espacio abierto y luminoso en el que encontramos un área de comedor con un conjunto de sillas y mesa que puede dar asiento a 4 comensales al mismo tiempo, junto a este, pero no demasiado cerca se halla un cómodo tresillo que se sitúa estratégicamente frente a la televisión de gran tamaño que reposa junto a la pared.

• La cocina, que se abre en uno de los rincones de la estancia ocupada en su mayoría por el salón, está equipada con todo lo necesario para suplir nuestras demandas a la hora de preparar nuestras comidas, tanto en lo que se refiere a los electrodomésticos como en el ámbito del menaje.

• El baño, que se encuentra en la planta inferior donde están la mayoría de las habitaciones, es completo con cabina de ducha de formato abierto, además de todos los elementos sanitarios básicos. En la planta principal y como alternativa de uso higiénico existe un pequeño aseo.

• A través del salón salimos a la terraza privada de la vivienda, que está equipada con mobiliario de exterior para que los habitantes de la casa puedan disfrutar con la calma que se merece de la increíble panorámica que nos brinda esta ubicación.

A la vivenda le corresponde una plaza de parking privada.

La Costa Brava es algo más que preciosas playas y calas en que el Mar Mediterráneo se vuelve una piscina salada de aguas cristalinas, es más que un precioso bosque que trepa las colinas para caer por los acantilados que recorren la costa. El mediterráneo fue una cuna de culturas muy diferentes que se arriesgaron al intercambio comercial a través de las aguas, de lo que diera en llamarse el Mare Nostrum en época de los romanos. Una de las cosas de las que podremos disfrutar es de pueblos que supieron vivir de cara al mar a pesar de que esto a veces les costase algún que otro mal trago.

En el cercano pueblo de Begur con intención de ascender hasta los restos de su castillo, recorreremos unas calles de trazado medieval, en las que la construcción civil, es decir, el diseño de viviendas, ha absorbido los restos de antiguas torres de vigilancia frente a los frecuentes asaltos piratas que recibía procedentes de la costa. En lo alto de la elevación que hay en el centro de la población se encuentra el Castillo de Begur o lo que queda de él, que es una magnífica torre circular desde la que tendremos una de las mejores panorámicas 360º de la zona, llegando en ciertos días y dependiendo de nuestra buena vista a verse los pirineos.

Solamente ya andar por sus calles medievales merece la pena nuestra visita al pueblo de Pals y es que esta población del interior de la comarca de la Costa Brava ha sabido conservar perfectamente su esencia a pesar de que de su castillo solo queden los restos repartidos en la restauración de iglesias y la muralla, además de la Torre de las horas, una torre del reloj con campanario cuya estructura en su mayoría es románica de origen, pero fue reconvertida en el siglo XV.