Apartamento en Calella con vistas al mar

Bonito apartamento para 4 personas, un complejo con piscina, en el precioso pueblo pesquero de Calella de Palafrugell, una de las joyas de la Costa Brava, en la provincia de Girona que baña el Mar Mediterráneo.

En este alojamiento sus huéspedes podrán disfrutar de lo siguiente:

• 2 dormitorios de tamaño doble, uno con una cama de matrimonio y el otro con dos camas gemelas individuales. Ambos tienen proyección exterior, lo que gracias a sus grandes ventanas les proporcionan una abundante iluminación natural.

• En el salón encontramos un conjunto de comedor para 4 personas compuesto por una mesa de corte rústico, casi medieval y unos asientos de diseño moderno. En el rincón dedicado para el descanso, junto a las puertas de cristal que nos dan acceso al exterior de la vivienda, hay un enorme y confortable sofá desde el que poder contemplar cómodamente la televisión de gran tamaño que reposa en el mueble que está situado en la pared de en frente.

• La cocina de estilo moderno se constituye en un bloque de mobiliario con una única encimera que facilita las tareas de preparación, está plenamente equipada en lo que a electrodomésticos se refiere, además de contar con todo el menaje que pueda ser necesario.

• El baño, diseñado graciosamente en tonos alegres, tiene además de los elementos sanitarios básicos como lavabo o retrete, una cabina de ducha con un plato de cierto tamaño en el que se podría decir que caben varias personas a la vez.

• Al cruzar las puertas acristaladas del salón vamos a dar a la terraza en la que se ha dispuesto un conjunto de mobiliario de exterior que nos permite disfrutar de manera tranquila del panorama de las zonas comunes.

En el exterior, aún perteneciente al complejo, hallamos unas instalaciones de uso compartido entre las que hay una enorme piscina con una partición para separar la zona de baño infantil por seguridad, una amplia zona de solárium y una cancha de tenis. Además, a la vivienda le corresponde una plaza de parking.

A escasos 3 kilómetros del núcleo urbano encontramos el Castillo de Cap Roig, un palacio de principios del siglo XX que imita a un castillo medieval, el cual fue la residencia del matrimonio ruso Woevodski, una pareja emigrada a este agradable rincón del Mediterráneo que viniera huyendo de la persecución de las revoluciones rusas.

Cayeron en este enclave con gracia, contribuyendo con sus caprichos a enriquecer un entorno bello ya de por sí y es que alrededor de su casa crearon unos espectaculares jardines de exposición botánica que cuentan con 17 hectáreas en las que entre pérgolas y parterres se reparten hasta 1000 especímenes florales. La composición que se constituye entre las claras aguas de poca profundidad de la costa, los tonos rojizos del propio terreno y las mil pinceladas de color de las plantas que pueblan este rincón, configura un marco de excepción para el festival de música internacional de Cap Roig, el cual tiene lugar cada verano desde hace más de 20 años.

Si lo que buscamos es maravillarnos con el entorno natural partiendo de las arenas llenas de barcos de faena del pintoresco Port Bo, lo único que tenemos que hacer es andar en dirección al norte siguiendo el litoral para toparnos con la vía senderista del Camí de Ronda que acaba Llafranch, un recorrido que a pesar de ser corto tiene varios miradores reseñables y numerosas calas donde disfrutar de baños en los que nos parecerá estar solos.